Concluyen las visitas gratuitas al pórtico de la Gloria, que abrirá de pago en noviembre

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Lucía Vidal / Senén Rouco

Aislarán el monumento para impedir el acceso desde el interior de la basílica

19 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La próxima vez que se cruce la puerta de la fachada del Obradoiro será para salir de la catedral después de visitar el pórtico de la Gloria. La de este martes fue la última de las jornadas de acceso gratuito al monumento, iniciadas en julio, y que ahora quedan suspendidas hasta noviembre. Para entonces contemplar la obra maestra del Mestre Mateo ya no será gratis. Si bien no están decididas las tarifas, la idea es que los visitantes accedan desde el Pazo de Xelmírez para visitar la exposición de las piezas recuperadas durante el proceso de restauración y después admirar el pórtico. Una visita de 45 minutos, que tendrá un coste similar al de las cubiertas de la catedral, 12 euros.

Se cerrarán en unos días las naves para aislar totalmente el pórtico, de manera que no sea accesible desde el interior de la basílica, y pueda controlarse tanto el grado de humedad como la temperatura de la sala del monumento, y garantizar así su conservación. En estas próximas semanas, la Fundación Catedral prevé invitar a colectivos y asociaciones de la ciudad que mostraron su interés por visitar el monumento.

La jornada de despedida se vivió este martes con intensidad en el Obradoiro. Había compostelanos que aprovecharon la oportunidad para comprobar el resultado de la restauración, y otros muchos turistas y peregrinos que, despistados, se sorprendían al saber de la gratuidad. Con el fin de evitar problemas, los guardias de seguridad advertían a los que preguntaban por la hora de cierre, que a las 20 horas se repartirían los últimos 200 boletos. La catedral cierra todos los días a las diez de la noche, y en las dos últimas horas solo pudieron entrar 200 personas, 25 cada 15 minutos. Con el reparto de pases se quería evitar que los últimos en llegar se encontraran con la puerta cerrada.

Durante todo el día, la cola ante el Obradoiro fue constante, y más larga por la tarde. Poco antes de las 8 horas llegaron los primeros, y a las diez entró el grupo que aguardó pacientemente durante casi dos horas. El tiempo medio de espera es de dos horas. Al salir, el comentario es unánime: las molestias valen la pena, y el trabajo de restauración es admirable.

La mayoría de los visitantes juzga excesivo el precio de 12 euros

En la cola del pórtico había este martes muchos compostelanos que no habían visto el nuevo aspecto del monumento. El comentario general era su desacuerdo con la idea de cobrar. Laura Sende, que vive a pocos metros de la catedral, proponía que «los gallegos no paguen, o, por lo menos, que los de Santiago podamos verlo gratis». Manuel Torrente, del Ensanche, pedía que se establecieran unos turnos: «Un día a la semana para que los de Santiago podamos verlo sin pagar. No somos tantos, en unos meses entramos todos», sugiere. Dolores Alende, de Pelamios, esperó dos horas y salió encantada: «É unha marabilla. Valeu a pena esperar. Son de Santiago e non podía quedar sen velo».

Lo mismo pensaron otros compostelanos que madrugaron: «No podíamos quedar sin verlo, porque yo no voy a pagar», comentaba Lucía, jubilada de banca que vive en Galeras, y que cree que «12 euros es mucho. Eso tienen que pensarlo bien», incidía.

Manuel Sanín, de la rúa de San Pedro, final del Camino Francés ya en Santiago, señalaba que «el día se presta para hacer cola; hace fresco, en verano no se podía estar aquí al sol durante horas».

También vecinos de concellos cercanos aprovecharon: «Era hoxe ou hoxe», decía Antonio Brandio, de O Pino. Al salir, reconoció: «É unha marabilla. Despois de velo negro, agora é unha xoia. Recomendo que veñan a velo. 12 euros é moito, pero pagar algo non é mala cousa». Luis, uno de los primeros en entrar ayer, no pudo contener las lágrimas al ver el Pórtico: «Non pensei que fora así. É moi emocionante».

José Mases y Teresa Pelegri, de Lérida, visitaron el Pórtico después de llegar el lunes desde Sarria por el Camino Francés. «Es una joya y, sin duda, vale la pena hacer la cola para admirar una joya del patrimonio». A las críticas, Mases opone una pregunta: «¿Cuánto cuesta una entrada a un campo de fútbol, cuándo gastan en tomar unas copas o en una entrada al cine? Esto es algo único. Entramos gratis, pero no me habría importado pagar».

José Bejarano, de Aracena (Huelva), esperaba con su familia y se mostraba «impaciente por ver el pórtico. La catedral ya era impresionante con andamios. Ahora está magnifica. La restauración es excelente». En cuanto a lo de pagar, no lo ve mal «si es para su mantenimiento, aunque 12 euros me parece mucho».

Recogida de firmas para pedir que no se levanten barreras ni se cobre entrada

Maribel Iglesias es una de las muchas personas que hicieron cola para redescubrir la obra del Mestre Mateo. Salió de la catedral encantada con la visión que se abrió ante sus ojos, pero también indignada por que esta joya deje de ser de acceso público y gratuito. Esta profesora de Historia en Cambados ha recurrido a Facebook para iniciar una campaña contra el cierre del pórtico de la Gloria, alegando que se va a levantar una barrera que supondrá la muerte de esta obra de arte. El lunes abrió una cuenta en change.org y ayer a las siete de la tarde superaba las seiscientas firmas. El objetivo es llegar a las mil y que el pórtico siga abierto para todos.