Cuando Alce Negro le contó su historia al mundo

borja casal / m. f. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El escritor John G. Neihardt recogió las reflexiones del nativo americano sobre el ser humano y la tierra

28 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la idea de conversar un rato con Alce Negro, el escritor John G. Neihardt fue a visitar a este curandero de los oglalas lakotas -tribu de nativos americanos- en 1930, acompañado de su hijo y de un intérprete. Sin mucha esperanza en que el sioux quisiera hablar con él, el encuentro prosperó dando lugar a una serie de conversaciones en las que Alce Negro compartió con el escritor su visión sobre el mundo y la relación del ser humano con la tierra. Estas reuniones fueron plasmadas por Neihardt en Alce Negro habla. Historia de un sioux, que ahora edita Capitán Swing y que incluye un conjunto de fotografías y mapas, así como una introducción del historiador Philip J. Deloria y distintos prefacios del autor.

Uno de los episodios más interesantes de la vida de Alce Negro fue la visión en la que se comunicó con sus antepasados -la Gran Visión-, que tuvo lugar cuando el sioux tenía nueve años. «A él le ha tocado ser testigo y parte implicada en sucesos de máxima trascendencia, tanto en el plano físico como en el espiritual, y los narra con una sencillez poco afectada hasta el punto de convertirlos en una agradable lectura», explica el escritor en el prefacio de la primera edición del libro, de 1932. De esta forma, Neihardt da con muchas de las claves que conforman un relato atractivo para el lector: Alce Negro, que viajó por Europa con el espectáculo del Salvaje Oeste de Buffalo Bill, fue cazador, guerrero, curandero y visionario. Dice el propio Alce Negro que si lo que tuviera que contar fuera la historia de su vida, no la contaría, porque «¿qué es un hombre para que le dé tanta importancia a sus inviernos, por mucho que le encorven como una recia nevada?» y explica que lo interesante de la narración es la «la historia de toda la vida», la de «nosotros, los bípedos» compartida con «los cuadrúpedos y los seres alados y todas las cosas vegetales». Una historia que Neihardt se encargó de hacerle llegar al mundo.