Antonio Lozano novela la biografía del activista sudafricano valiéndose de la ficción para contar la historia de Madiba cuando se cumplen cien años de su nacimiento
17 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Cien años después de su nacimiento, la figura de Nelson Rolihlahla Mandela se ha convertido en un icono de la lucha contra la desigualdad racial. Encarcelado durante veintisiete años por su lucha contra el apartheid, Madiba -como se le apoda cariñosamente- se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica, entre los años 1994 y 1999. Con motivo del centenario de su nacimiento, que se cumple mañana, el escritor Antonio Lozano reúne distintos episodios de la vida de Madiba en Nelson Mandela. Un camino a la libertad, publicado por la editorial Anaya y traducido al gallego por Ramón Nicolás para Kalandraka. La biografía novelada que escribe Antonio Lozano se vale de personajes ficticios para narrar la vida del Nobel de la Paz de una forma amena y para todos los públicos. Aunque el libro está orientado a un lector juvenil, Lozano afirma que escribe «igual para jóvenes que para adultos», por lo que su novela puede acercar la trayectoria del dirigente africano a personas de todas las edades. Para el escritor, la de Mandela es una de esas figuras muy reconocidas pero poco conocidas, ya que, en su opinión, «la mayoría de los jóvenes saben quién es, pero no lo identifican como el líder que fue ni saben lo que supuso para la gente de su país».
El trabajo de documentación fue exhaustivo, y a este hubo que sumarle la parte de ficción que incorpora el título y que sirve para suscitar y mantener la atención del lector, pero también para contarle los acontecimientos más importantes de la vida de Mandela al mismo tiempo que el protagonista del libro los va descubriendo. Walter, un bisnieto del propio Mandela que busca conocer sus raíces, protagoniza una trama que se vale de los más mayores para contar diferentes episodios de la biografía del histórico activista. Desde Thandiwe, la abuela del protagonista, hasta Sipho, un viejo amigo de Mandela que ahora trabaja como guía en el museo que lo homenajea en Qunu, la aldea en la que creció. Ambos personajes son los que responden a todas las preguntas que tiene Walter sobre su bisabuelo y su propia identidad. Según Lozano, «que el protagonista busque respuestas entre sus mayores tiene mucho que ver con la tradición africana, en la que los más jóvenes recurren a los ancianos de su comunidad como fuente de conocimiento».
Por una cuestión de espacio, Antonio Lozano tuvo que decidir qué contar de la biografía del histórico líder sudafricano y qué dejar fuera. Para el escritor «era fundamental hablar de su infancia, una etapa de su vida en la que todavía no es consciente de lo que sucede en su país, así como de los años posteriores en los que poco a poco se va dando cuenta de la realidad que vive Sudáfrica». Contar cómo era el apartheid, explicando hasta qué punto se humillaba y discriminaba a la población negra, y dar algo de contexto histórico sobre el país son otros de los puntos que se abordan en la novela. A todo esto hay que añadir una faceta más personal en la que, indica Lozano, «se cuenta la lucha de Mandela como ser humano y el sentimiento de culpa que sintió a lo largo de su vida por no poder educar a sus hijos mientras estuvo en prisión». Una lucha personal en la que, como cuenta Thandiwe -la abuela del protagonista-, Mandela tuvo que sacrificar a su propia familia para poder salvar a su pueblo.