Francia despide a sus guiñoles

R. R. García REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Canal +

Canal + cierra el mítico programa tras treinta años en antena

24 jun 2018 . Actualizado a las 08:57 h.

«A tchao bonsoir». Con la misma frase con que despedían cada programa, Los Guiñoles de Canal + Francia se han ido para siempre. Mordaces, corrosivos, irreverentes y en más de una ocasión despiadados e impertinentes, los muñecos de látex más conocidos de la televisión han cerrado el telón después de treinta años en la pequeña pantalla, cuando fueron creados en 1988 por Alain de Greef y Alain Duverne. Ya son historia también en el país que los vio nacer, después de que en España desaparecieran en el 2005 tras más de 3.200 apariciones.

 Los guiñoles de la información, su nombre original en el país galo, mientras que en España el programa era conocido como Las noticias del guiñol, habían tocado fondo en las cuotas de audiencia y la sombra de su clausura ya se venía cerniendo desde hace tiempo. Pero fue una caída hacia los abismos del share forzada en buena medida por los caprichos de la cadena, influenciada también por la presión política. La versión original de los guiñoles hacía ya tiempo que se había esfumado. Lo hizo en el 2015 con el despido de sus guionistas de referencia. La presidencia de Vivendi, propietaria de Canal Plus Francia, apartó del formato a Lionel Dutemple, Julien Hervé, Phillippe Mechel y Benjamin Morgaine. El programa continuó en antena, pero ya era una versión descafeinada, sin la mordacidad y despiadada crítica política de la que hizo gala a lo largo de su larga y exitosa trayectoria.

El espacio se despidió el pasado viernes con el regreso de personajes históricos, como el expresidente francés Jacques Chirac, al que, paradójicamente, su alter ego de látex le hizo ganar en popularidad, Johnny Hallyday, Dominique Strauss-Kahn o Francois Hollande. Este último, también expresidente de la República, salió en defensa del programa para evitar su cierre alegando que se trataba de «parte del patrimonio» de Francia. Pero su súplica, al igual que la de otros personajes populares, no tuvo éxito.

 En el formato original, el francés, también hubo espacio para personajes de España, como los expresidentes José María Aznar o Mariano Rajoy. El último no salió bien parado. El presentador lo tomó por un mendigo. «Tome tres euros y váyase a comprar un bocadillo», le dijo. El que se ríe ahora es Rajoy.