Cuenta atrás para reabrir el pórtico de la Gloria tras culminar su restauración

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

ÁLVARO PELETEIRO

El resultado de la actuación emprendida hace diez años podrá verse en dos semanas

21 jun 2018 . Actualizado a las 10:31 h.

Lleva años oculto. Cubierto por una gran estructura de andamios de hasta diez metros de altura y cuatro niveles levantada en el interior de la catedral de Santiago. Un decenio se ha tardado en completar la restauración del pórtico de la Gloria, cuyo acceso se vio restringido para llevar a cabo una compleja y costosa intervención en la que han participado destacados expertos nacionales e internacionales, dentro de un plan amparado por la Fundación Catedral y la Fundación Barrié -en el papel de mecenas- bajo la coordinación del Instituto del Patrimonio Cultural de España y la Xunta. El minucioso trabajo realizado a lo largo de este tiempo verá la luz en cuestión de días. La cuenta atrás para la reapertura al público de la icónica obra del maestro Mateo ha comenzado. De hecho, ya se están enviando las invitaciones para la inauguración y en la lista de receptores figura hasta la Casa Real.

Faltan menos de dos semanas para la esperada puesta de largo. Será el 2 de julio, si no se tuercen los planes a última hora. Así, los miles de peregrinos y visitantes que espera este verano la capital gallega tendrán la oportunidad de ver la joya del románico en todo su esplendor, pues el proceso de sanación integral ha logrado la recuperación parcial de los colores con los que fue concebida la composición medieval.

Con más de ocho siglos de antigüedad, apenas quedaba ya rastro de la policromía original a simple vista. El gris teñía las figuras que otro tiempo lucían túnicas doradas, y relieves se vieron afectados por las filtraciones de agua y humedades (un mal común en la basílica que obligó a articular un plan integral de actuación), así como por la acumulación de polvo, suciedad y la formación de colonias biológicas.

La restauración se realizó en varias fases, empezando por una primera toma de contacto a través de estudios detallados para diagnosticar el alcance del problema y determinar qué pasos dar. Las primeras catas dejaban ver, hace ya tres años, el potencial que escondía la capa de polvo y suciedad.

La ciencia se puso al servicio del arte en esta cirugía de reconstrucción que se sirvió, entre otros medios, de espectroscopias, reflectancias espectrales, cromatografías, sondas videoindoscópicas, termografías, ultrasonidos, geomicroscopía y sistemas gelificados con nanopartículas. En el último mes, las tareas se centraron en las revisiones finales y en rematar temas de documentación. Todo, para devolver al pórtico la gloria perdida.