Bruscky, el artista en el escaparate

montse carneiro A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

MARCOS MÍGUEZ

El creador brasileño, pionero del arte postal y vinculado al movimiento Fluxus, dirige un taller organizado por la UIMP y la Fundación Seoane

26 jun 2018 . Actualizado a las 21:26 h.

En medio de un paseo colectivo por el centro de A Coruña titulado Artistas encontrados y apropiados, en el que los caminantes hallaron «varios Frida Kahlo, un Jeff Koons» y algunas otras imágenes relacionadas con creadores contemporáneos, el director de la experiencia, el artista conceptual Paulo Bruscky (Recife, Brasil, 1949), entró este lunes espontáneamente en el escaparate de una tienda de moda, sujetó entre las manos la cartela del horario y durante un momento extraño e imprevisible quedó mimetizado con la mirada plástica de los maniquíes, que parecieron abrirse para hacerle sitio. «Esa capacidad para perturbar, leve, nada aparente... Lo ves y te das cuenta de que no es un farsante», explicó uno de los asistentes al encuentro de dos días que este creador puro e investigador incansable de los lenguajes artísticos, de los sellos postales a las xerografías de las fotocopiadoras, ofrece en Galicia en vísperas de la inauguración de la retrospectiva Paulo Bruscky. Etceterarte que le dedica la Fundación Luis Seoane.

«Es como si estuviera aquí Marina Abramovic, pero mejor», resume entusiasmado Enrique Tenreiro. Bruscky visitó A Coruña en octubre, de paso, de la Bienal de Venecia y el Centro Pompidou, que montó una exposición individual sobre un hombre hasta hace poco desconocido en el mercado del arte, pese a sus cinco décadas de experimentación, aprendizaje, conocimiento profundo y desacralización. Encarcelado tres veces, artista político a la manera de Cildo Meirelles con sus billetes circulando por todo Brasil con la pregunta Quién mató a Herzog?, pionero del arte postal -«el primer movimiento sin nacionalidad», dijo ayer- y del trabajo en red en que desembocó -«Internet no nos sorprendió»-, el amigo brasileño de los Fluxus y dueño de la mayor colección de este grupo en América Latina respondió a la pregunta de qué es el arte y para qué sirve, que él mismo formuló en los 70: «No lo sé, cuando lo sepa, dejaré de hacer todo esto», concluyó.