¡Qué guapa soy!: Despertar a la dudosa realidad

eduardo galán blanco

CULTURA

Jose Perez / Splash News

Lo nuevo de la cómica neoyorkina Amy Schumer pretende ser una revisión del eterno cuento del patito feo

17 jun 2018 . Actualizado a las 19:43 h.

La comedia norteamericana actual malvive de escatologías, gamberradas y falsas incorrecciones. A esa cuadra petarda pertenece Amy Schumer, cómica neoyorkina curtida en clubes de la comedia, estrella de la tele y protagonista de cosas como Y de repente tú o Descontroladas, temibles ejemplos del humor que hoy manda en las taquillas. ¡Qué guapa soy! es otro vehículo al servicio de la borde actriz que, ¡ni más ni menos!, pretende ser una revisión del eterno cuento parabólico del patito feo. Con la excusa de algunos guiños a otras metáforas hollywoodienses sobre la búsqueda de los sueños y la consecución de los deseos imposibles hechos realidad -vemos imágenes de Big-, la pareja de guionistas Abby Kohn y Marc Silverstein -Nunca me han besado, ¿Qué les pasa a los hombres?- tejen la absurda historia de una soñadora chica gorda, con cara porcina y con dientes de conejo, que -para rizar el rizo- trabaja en una empresa de cosmética. La protagonista vive muy insatisfecha con su imagen, hasta que un día se da el gran tortazo haciendo bicicleta aeróbica en un gimnasio y despierta viéndose como una de las muchas chicas diez que la rodean en su curro diario. En fin, esa es la historia, voluntarista y bienintencionada; también muy evidente y facilona. La heroína amanece de su sueño con la ayuda de otro traumatismo y se da cuenta qué solo ella se veía como miss América mientras que los demás la estaban percibiendo como era, y para entonces, ya habrá recuperado su autoestima. Los guionistas se permiten la boutade friki de homenajear a Peckinpah y a La balada de Cable Hogue, haciéndole decir al hombre que se enamora de ella -un notable Rory Scovel- aquello que le decía Jason Robards a Stella Stevens: «Nadie te había visto antes».

Aunque Schumer no es lo que se diría una buena actriz, lo cierto es que aquí casi se redime de su carrera bochornosa. Y, aunque participa en secuencias de puro sonrojo (como la del concurso de miss biquini o la del inodoro junto a su colega Adrian Martínez, en otras, como la de la parodia de Fuego en el cuerpo), Amy recuerda algo a Kathleen Turner. La cómica despliega sus mejores talentos que la llevan por la senda gestual de una Jerry Lewis femenina.

I FEEL PRETTY

EE. UU., 2018

Directores: Abby Kohn y Marc Silverstein

Comedia

108 minutos