«Memphis... Yes, I'm Ready»

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

10 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El gran maestro Mstislav Rostropóvich tardó lo suyo en grabar al violonchelo las suites de Bach, y si no lo hizo antes, admitió, era porque no se veía capaz de superar el registro de Pau Casals. Pese a la veteranía y el prestigio de Dee Dee Bridgewater (Memphis, 1950), la cantante criada en Flint (Míchigan) ha tardado en atreverse con un repertorio que apela a sus raíces y que está vinculado a la radio que en su adolescencia alimentó su memoria musical y en que ella escuchaba a los grandes nombres del blues, el soul, el rhythm and blues, el jazz. Y es que en su hogar sintonizaban WDIA, emisora estadounidense pionera en programar música negra. El álbum Memphis... Yes, I’m Ready (el título ya pregona sus intenciones) contiene estándares de, entre otros, Otis Redding -Try a Little Tenderness-, The Staple Singers -Why? (Am I Treated So Bad)-, B.B. King -The Thrill is Gone- y Bobby Blue Bland -Going Down Slow-. Pero nada es aquí casual: antes de grabar, la vocalista invirtió varios años en investigar la historia de su familia. Con su habitual elegancia y una producción exquisita, Bridgewater regala brillo y esplendor a un puñado de clásicos de la música popular norteamericana, de tal modo que da también cabida al Don’t Be Cruel de Elvis Presley y el Hound Dog (de Leiber y Stoller), popularizado por Big Mama Thornton y posteriormente por el propio Presley.