Nieves Abarca: «En la literatura tienes que arriesgarte, yo para hacer siempre lo mismo ya soy funcionaria»

HÉCTOR J. PORTO REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

CESAR QUIAN

Tras cuatro entregas de la policía Valentina Negro, la autora gallega, de nuevo con Vicente Garrido, publica el thriller «El beso de Tosca»

04 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sabe lo que es el éxito literario. Con la saga de cuatro novelas sobre la policía Valentina Negro, Nieves Abarca (A Coruña, 1968) ha situado al personaje entre los contados ejemplos en que el lector espera vigilante la publicación de una nueva entrega. Sin embargo, ahora, con su thriller El beso de Tosca, cambia de tercio, aunque siempre de la mano de Vicente Garrido, el criminalista con el que ha escrito la serie de Valentina Negro.

-La escritura a cuatro manos...

-¿Quién se cree que los libros están escritos por una sola persona? Hay un montón de libros corregidos, repasados, editados por otras manos. Trabajo en equipo. Uno escribe, el otro corrige; el otro escribe, el uno corrige. Y poco a poco, hasta que sale lo que sale.

-Pero, ¿y la unidad de estilo?

-Intercambiamos todo lo que hacemos, lo pasa uno y lo repasa el otro. Hasta que queda amalgamado. Reescritura, reescritura, reescritura. Hasta que el texto queda uniforme. No es difícil. Además, ya tenemos mucha práctica.

-¿Cómo empezó su colaboración con Vicente Garrido?

-Él es mindhunter. Lo conocí como alumna en un curso de perfiles criminales. Me decía que escribía muy bien. Vicente es valenciano, mi familia era valenciana: nada más conocernos empezamos a escribir Crímenes exquisitos, primera entrega de Valentina.

-Que ahora queda aparcada…

-Llevábamos cuatro novelas. La novela negra española está llena de perfiladores, de inspectores, de mujeres policía... Y nos pareció que había que hacer algo diferente. Como en toda búsqueda literaria. Tú, como escritor, no puedes estar todo el rato haciendo lo mismo. Acabas por aburrirte. La escritura es un acto creativo, artístico. En la literatura tienes que arriesgarte, yo para hacer siempre lo mismo ya soy funcionaria.

-¿Es el fin de Valentina Negro?

-No lo sabemos. Veo a Valentina aún con mucho desarrollo, pero nunca sabes lo que puede pasar en tu vida. También depende muchísimo de lo que quieran las editoriales. Una cosa es lo que tú escribes y otra cosa es que te publiquen o no, según la demanda.

-Tras el idilio con Valentina y A Coruña, en «El beso de Tosca» se ha decantado por Barcelona.

-Quería hacer una novela con ópera. O era el Teatro Real de Madrid o era el Liceo de Barcelona. Y yo voy mucho a Barcelona, la tengo muy controlada. Es una ciudad muy novelesca. Hay muchas novelas negras ambientadas en Barcelona. Te da mucho juego.

-Es ciudad golosa, pero con exigencias: tiene ante sí a Montalbán, a González Ledesma, a Mendoza, a Zanón… Es un gran desafío.

-Lo que hay que hacer es evitar todos los clichés, los sitios turísticos, los lugares emblemáticos pero cansinos, los tópicos… Yo conozco los barrios, se me da bien. Cada uno tiene su ciudad, y yo tengo una Barcelona distinta. Aportamos nuestro granito de arena a esa Barcelona literaria, aunque no seamos de allí.

-Ahí está el riesgo. El lector barcelonés será más exigente...

-Nos gusta correr riesgos. Ya la ha leído gente de allí, y algunos escritores. Y la respuesta ha sido buena. La clave en estas novelas es la trama, no estás describiendo la ciudad todo el tiempo. Aun así, me documenté hasta de los pájaros y árboles que hay en las calles.

-No hay improvisación, picaron mucha piedra antes de obrar.

-Yo iba a Barcelona a sacar fotos. Nos pateamos los barrios. Me gasté muchas pelas en Vueling, creo que tengo un montón de puntos [ríe]. Fue muy divertido. No voy a estar al nivel de un barcelonés, pero creo que el resultado ha sido muy digno.

-Sin «spoilers», sí hay una zona oscura de Barcelona donde alta sociedad y lumpen se mezclan.

-Sí. Y hay boxeo, combates, apuestas amañadas, póquer, un asesino en serie inspirado en uno de verdad que iba matando prostitutas por Barcelona, un empresario villano, trata de blancas… Y una trama maligna en torno al Liceo. Hay de todo y todo es oscuro.

-¿Es usted más del «hard-boiled» o del método deductivo?

-Yo soy de Sherlock. Fue mi primer investigador. Empecé con Los cinco, con Enid Blyton, y después, con 9 años, descubrí a Sherlock. Y ahí la cagué, me quedé enamorada. Mi madre estaba desesperada buscándome libros de Holmes por toda la ciudad.

-El tándem con Garrido funciona, pero ¿no tienta la soledad?

-Ahora hago un libro sola, pero no significa que no siga con Vicente. Él también tiene sus ensayos.

-Y usted, ¿qué escribe?

-Una novela gótica relacionada con Juana de Vega y con Espoz y Mina, que se desarrolla entre A Coruña y Londres, con todo lo que conlleva una novela gótica en la época romántica. Ni hay investigaciones ni es histórica.