Gareth Stedman: «Marx no era marxista, el marxismo fue un invento, sobre todo de Engels»

CULTURA

BENITO ORDOÑEZ

Su monumental biografía sitúa al pensador alemán en su contexto y desmonta la mitología marxista

05 abr 2018 . Actualizado a las 10:10 h.

Karl Marx. Ilusión y grandeza (Taurus) es una monumental biografía sobre uno de los pensadores más influyentes de la historia. Su autor es el historiador y profesor británico Gareth Stedman Jones (Londres, 1942), que sostiene que el marxismo es una invención interesada que hicieron de su obra tras su muerte, de la que en mayo se cumplen 200 años.

-¿Qué aportaciones hace en su biografía de Marx?

-Debido a la Guerra Fría, en el siglo XX escribir sobre Marx era una cuestión muy polarizada, o eras procomunista y marxista o anticomunista y antimarxista. Los que lo abordaban desde un punto de vista académico preferían centrarse en su vida y sus acciones y no tanto en su pensamiento. Primero, porque les parecía complicado entenderlo y luego por los conflictos que podía generar y querían evitar. Desde que cayó el comunismo se abrieron archivos y fuentes y hay una visión mucho menos censurada del personaje. Yo me propuse situar a Marx en la historia del pensamiento y en el contexto político del XIX, además de ofrecer la biografía al uso. Estos tres ingredientes es lo que crean una visión nueva.

-¿Cree que no situarlo en su época ha hecho que su figura no se entienda adecuadamente?

-Desde luego. Es algo que falta en la mayoría de los estudios sobre Marx. Lo que hay que recordar, y se olvida, es que hablaba a sus contemporáneos y no a nosotros.

-Distingue usted en el libro entre Karl y Marx. ¿Por qué?

-Quería apartarme de la interpretación de Marx como un icono y alejarme del mito que se creó en torno a su figura y su pensamiento en los 30 años posteriores a su muerte, para traerlo de vuelta, a cómo era en realidad cuando vivía, qué hacía. Por eso hablo de Karl, para diferenciarlo del marxismo.

-Porque usted argumenta que hay mucho mitos sobre Marx.

-Por ejemplo, se dice que él creía que el colapso del capitalismo era inevitable e inminente y se iba a derrumbar por sus propias contradicciones internas. La verdad es que nunca dijo eso. Los líderes socialdemócratas alemanes contribuyeron decisivamente a la creación del mito en los años 90 del siglo XIX porque necesitaban un gran filósofo que predijera el fin del capitalismo.

-Usted sostiene que el marxismo en realidad es una invención.

-Sí.

-¿Quién se lo inventó?

-Sobre todo Engels. En segundo lugar, los socialdemócratas alemanes. Engels escribió El Anti-Dühring en 1878 y sostenía que el fin del capitalismo llegaría por sus contradicciones internas. A partir de entonces se convirtió en la idea fundamental del marxismo. Otra parte de la reescritura que se hace de Marx es decir que inventó la concepción del materialismo histórico. Eso fue cosa de Engels.

-¿Se podría decir entonces que Marx no era marxista?

-Marx no era marxista. No hay nada en su obra que diga que el capitalismo tendría un fin inevitable por sus propias contradicciones. Lo pensó en la década de 1850, pero luego, después de la crisis económica del 1857-58, su pensamiento evoluciona y es mucho más cauto sobre qué puede pasar en el futuro. No creo que el marxismo tenga mucho que ver con Marx.

-¿Si no era marxista, qué era?

-Socialista. Su idea de la revolución era la de un proceso que implicaba cambios, una transición del capitalismo a lo que llamó sociedad de productores asociados. Lo veía como un proceso que tarda un tiempo, no como la toma del Palacio de Invierno. Hay un paralelismo entre lo que dice en El capital sobre la transición del feudalismo al capitalismo y la que aventuraba entre el capitalismo y esa nueva sociedad. Un proceso con muchas facetas y progresivo.

-¿Fue el pensamiento de Marx el fundamento de los regímenes comunistas?

-El Marx que ellos crearon, pero no es el auténtico, es el germen de esos regímenes. Necesitaban esa especie de bendición canónica para legitimarse y lo interpretaron como les convenía. Se le ha identificado con una visión muy fanática y apocalíptica del mundo y eso le ha perjudicado mucho. Stalin se supone que se inspiraba en Marx, pero no es verdad. Es cierto que Marx tenía una visión muy negativa de los derechos humanos individuales, solo le interesaban los colectivos, pero era un ilustrado que nunca hubiese comulgado con Stalin.

-¿Marx ha sido el pensador político más importante de los últimos 200 años? ¿Por qué sigue interesando tanto?

-Seguramente. Y sigue interesando porque el capitalismo ha prevalecido y continúa determinando la vida de las personas. Nos interesa saber qué es, por qué es tan inestable, por qué genera crisis. Probablemente las respuestas de Marx no eran las correctas, pero sí supo identificar muy bien los problemas.

«Fue en realidad el verdadero teórico del capitalismo»

Paradójicamente, Stedman Jones sostiene que uno de los legados de Marx es su idea del capitalismo como motor de la sociedad.

-¿Cuál es la verdadera herencia de Marx? ¿Qué parte de su pensamiento sigue vigente?

-Sigue siendo muy válida su idea del dinamismo y la energía del capitalismo, que crea y destruye, y es el motor que hace que las cosas avancen. En El Manifiesto comunista ya aparece la idea de que la burguesía ha conseguido más en los últimos cien años que la humanidad en todos los siglos anteriores.

-¿Está diciendo que su legado es un elogio del capitalismo?

-Hasta cierto punto sí. Valida el capitalismo de la forma más contundente porque le atribuye la capacidad de cambiar el mundo. Marx fue en realidad el verdadero teórico del capitalismo.

-Pero dice que el capitalismo debe ser superado.

-Sí. También podemos aprovechar su idea de que la gente tiene la capacidad de tomar el control para criticar el neoliberalismo.

-¿Se pueden aplicar sus teorías al mundo actual?

-Su visión de lo que era el capitalismo y de lo que veía como su opuesto ya no es actual. Los trabajadores ya no solo trabajan en fábricas, los sindicatos están muy debilitados, hay precarización. Hay que pensar en otras formas de resistencia y cambio. No basta con decir hay que volver a Marx. No podemos estar esperando a un mesías que venga a solucionar los problemas.

-¿Qué pensaba del uso de la violencia para cambiar las cosas?

-Su visión era que hay veces en que hay que utilizar la violencia, pero no creía que fuera una buena herramienta. Aspiraba a que el cambio fuera pacífico.

-¿Fue un reformista o un revolucionario?

-Decir que Marx fue un reformista sería subestimar el alcance del cambio al que aspiraba, lo que él hace es redefinir el término revolución.