Pilar del Río: «Necesitamos apoyos privados y públicos para la Fundación Saramago

begoña íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

CULTURA

La esposa del nobel quiere seguir construyendo puentes entre la cultura ibérica y latinoamericana

25 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La periodista y traductora Pilar del Río (Castril, Granada 1950) lucha por preservar cada día la memoria de José Saramago, su marido, desde su fallecimiento en el 2010, y por seguir construyendo puentes de entendimiento y difusión de la cultura ibérica y latinoamericana desde la Fundación Saramago, que preside. Galardonada en el 2016 con el Premio hispano-luso de Arte y Cultura, confiesa a La Voz, coincidiendo con los 25 años de su llegada a Lanzarote: «De premios y reconocimientos no se vive, necesitamos ayudas, patrocinios de entidades privadas y públicas, para mantener abierta nuestra sede de A Casa dos Bicos, en Lisboa». «Decidí nacionalizarme portuguesa tras morir Saramago, vivo en Lisboa, desde donde quiero seguir trabajando al frente de la fundación, como deseaba mi marido. Hemos contribuido a que el Campo das Cebolas, donde se encuentra la fundación, sea hoy uno de los polos turísticos de la ciudad», explica.

-¿En qué momento se encuentra la Fundación Saramago 7 años después de abrir sus puertas A Casa dos Bicos?

-Vivimos un buen momento de consolidación y reconocimiento, no solo ibérico, sino internacional. Somos una referencia cultural para cualquier visitante que llega a la ciudad y de visita obligatoria para los amantes de la obra de mi marido. Organizamos numerosos actos, conferencias y presentaciones que ratifican nuestra idea inicial: ser un puente de entendimiento y diálogo entre la cultura y el pensamiento ibérico, latinoamericano y con el resto del mundo. Además, la sede es muy bella, un edificio renacentista totalmente restaurado que nos cedió el Ayuntamiento de Lisboa.

-¿Resulta muy difícil mantener una institución de este tipo, reciben algún tipo de ayuda oficial?

-En este momento no recibimos ninguna ayuda. Nos mantenemos con los derechos de autor de la obra de José Saramago y con nuestro patrimonio. Es por ello que ha llegado el momento, y en eso estamos, de sentarse a hablar con los grupos empresariales privados ibéricos, no solo con el Estado luso, para alcanzar algún tipo de acuerdo que permita mantener abierta muchos años la Casa dos Bicos.

-¿Es verdad que el primer ministro, Antonio Costa, fue uno de los de los impulsores de esta casa?

-Efectivamente. Cuando él era alcalde de Lisboa tuvo la idea de instalar nuestra fundación en la Casa dos Bicos. En ese momento estaba prácticamente abandonada, en un estado lamentable y llena de humedades. Tuvimos que hacer un gran trabajo para recuperarla y devolverle su esplendor. El edificio es maravilloso y con un gran patrimonio cultural porque hay hasta restos arqueológicos que, como es lógico, tuvimos que preservar, y están a la vista del visitante. Estoy muy agradecida a Antonio Costa por todo lo que ha hecho por nosotros.

-¿Qué es lo que se puede encontrar el visitante que llega a la fundación?

-Para empezar, una fachada imponente, tardo medieval renacentista, y que merece la pena ser contemplada, y en la plaza, delante del edificio, el olivar, el olivo donde reposan parte de las cenizas de Saramago. Dentro, A Casa dos Bicos, presenta tres alturas, muy bien equilibradas, con una exposición permanente de la obra de Saramago, una sala de exposiciones temporales, una biblioteca y un auditorio en el que organizamos numerosos actos, eventos y conferencias.

-Saramago fue un defensor del iberismo y generó polémica...

-Me gustaría aclarar que a Saramago le encantaba polemizar y cuestionarse las cosas. Su visión no se centraba tanto en una unión política hispano-lusa, como se ha dicho, pero sí en un frente común en el mundo de todas las nacionalidades de Iberia que él admiraba, dentro de España, Galicia, el País Vasco, y Portugal y que él denominaba como transiberismo. Defendía las lenguas propias de la Península, y le encantaba, por ejemplo, leer a los autores gallegos en su lengua, no traducidos. Siempre me decía que tenemos mucho más en común los portugueses y los españoles que con el resto de Europa [risas].

-¿Tienen algún proyecto en cartera con Galicia?

-En la fundación hemos recibido a numerosos artistas e intelectuales gallegos y seguiremos haciéndolo. Aunque mi proyecto más inmediato en Galicia es hacer este verano el Camino de Santiago con parte de mi gran familia. Me encanta Galicia y es un deseo que tenemos todos desde hace años, cada cual con su motivo de fe o no, juntarnos para hacer la ruta jacobea hasta Compostela.

Recuerdos de «A Casa» de Lanzarote

Cuando Pilar y José decidieron emprender un proyecto de vida en común comenzaron también un testimonio de que la unión ibérica no es fácil, levanta ampollas y comienza en casa, aunando dos caracteres tan diferentes pero complementarios y costumbres que con el tiempo se equilibraron y casaron a la perfección a ambos lados de la frontera, como se podía comprobar cuando se les veía juntos.

La primera gran polémica juntos llegó cuando decidieron instalarse a vivir en la isla de Lanzarote, en febrero de 1995, abriendo «A Casa», como le gustaba llamarla a Saramago. En esta casa, situada en una discreta urbanización a pocos kilómetros de Arrecife, el matrimonio Saramago pasó largas temporadas, era su reducto privado y no recibía visitantes. Un cuarto siglo después, Pilar, la ha abierto al público «de 10 de la mañana a dos de la tarde, aunque me ha costado un gran esfuerzo hacerlo», dice, «con la cantidad de recuerdos que hay de Saramago, la importancia que supone esta casa en los últimos años de su vida y producción literaria, tenía que hacerlo», declara emocionada.

Pilar del Río recuerda que «el problema radica en que no hay ninguna señalización para llegar a ese lugar en Lanzarote, y por eso a los visitantes, muchos de ellos gallegos, les resulta muy complicado, aunque al final siempre llegan».

La presidenta de la Fundación Saramago hace un llamamiento a las autoridades del Cabildo para que «señalicen e indiquen correctamente dónde se encuentra la que fue residencia de Saramago en la isla, como han hecho con otras casas de destacadas personalidades». Termina diciendo: «No entiendo por qué no lo hacen, es un punto turístico de relevancia para las personas con inquietudes culturales y bueno para Lanzarote, que vive del turismo».