Ernesto Mallo: «El problema, cuando buscas la verdad, es que a veces la encuentras»

CULTURA

BENITO ORDOÑEZ

El autor argentino residente en Barcelona publica la quinta entrega de la serie protagonizada por el comisario Perro Lascano

07 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ernesto Mallo (La Plata, 1948) es uno de los autores argentinos de novela negra más importantes y leídos con su serie protagonizada por el comisario Perro Lascano, que llega a su quinta entrega con El hilo de sangre (Siruela). Mallo desempeñó diferentes trabajos -«legales e ilegales»-, entre otros, taxista, artesano, vendedor y contrabandista de cigarrillos, antes de dedicarse a la literatura. También es autor de más de diez obras de teatro. «Esa curiosa formación me ha habilitado para tener hoy el mejor trabajo del mundo, escritor», señala. «Juntarme con gente inconveniente me ha servido para tener una visión del mundo, de la sociedad y de la gente muy cercana a la realidad, soy de aquellos con los que las madres decían que no había que juntarse porque somos malas compañías», añade. Mallo fue militante de la Fuerza Armada Revolucionaria, que combatió a la dictadura argentina. Desde hace más de tres años reside en Barcelona con su mujer, que es comisaria de los Mossos. «Yo escribo sobre tres temas, que son los únicos que me importan, la locura, la muerte y el amor», asegura.

-¿Quién es Lascano?

-Es un comisario de la policía federal argentina, que operando en una institución muy corrupta, sanguinaria y terrible, sobre todo en la época de la dictadura, se diferencia de ese entorno y trata de hacer su trabajo lo mejor y más honestamente posible. Es un idealista, un sentimental y a la vez un tipo duro y peligroso, porque es un hombre de acción. Yo diría que es un salvaje tierno. Es capaz de ejercer la violencia pero también de sentir amor y compasión.

-¿En qué situación está Lascano en esta novela?

-Lascano recibe una herencia de una prima que lo hace rico. Ha recuperado el amor de su vida, Eva, y vive con una hija adolescente, tiene la vida solucionada, pero es un hombre de acción y no sabe aburrirse. En esa situación aparece un criminal que agoniza en el hospital de la cárcel y le dice que sabe quién es el asesino de sus padres. Lascano, que ha sepultado durante 50 años el inmenso dolor y la angustia que le produjo la muerte brutal de sus padres, hace erupción como un volcán y no puede sustraerse a la obsesión de encontrarlo. En realidad es una búsqueda de la verdad. El problema es que cuando buscas la verdad, a veces la encuentras. Pone en peligro todo, incluso su propia vida y su relación con Eva. Lascano, como todo tipo de acción, se maneja mejor con la ira que con la tristeza.

-Su novela es un retrato de la marginación en la sociedad argentina, que es el caldo de cultivo de la delincuencia.

-Es eso. El abismo cada vez mayor, no solo en Argentina, entre ricos y pobres, la falta de equidad, la injusticia, el hambre, son la fábrica de la delincuencia. La buena novela negra nos muestra cómo está funcionando la sociedad, qué tipo de criminales produce.

-¿En Argentina el trauma de las sucesivas dictaduras está presente aún en la sociedad?

-Sigue pesando, es como el franquismo, que aparece cada rato. Los militares argentinos no nacieron de un repollo ni vinieron en un platillo volante, son producto de la sociedad que los ha creado. Creo que nunca debemos distraernos, están al acecho para pasar al ataque.

«En Argentina te puedes acostar rico y levantarte pobre y viceversa»

Mallo refleja en sus novelas el paisaje y la sociedad de su país.

-¿Argentina es un buen escenario para la novela negra?

-Sí, porque es una sociedad estructuralmente corrupta y muy cambiante, en la que te puedes acostar rico y levantarte pobre y viceversa, las cosas cambian radicalmente de un día para otro, vas a comprar algo hoy y mañana cuesta el doble o el triple. Esto ha producido un personaje que es el sobreviviente, que rápidamente se tiene que adaptar a lo que venga para poder sobrevivir. En Argentina, al día siguiente del corralito la gente ya había inventado 100 centros de trueque. Estrategia de supervivencia.

-¿Esta es la última entrega de la serie de Lascano?

-Yo creo que sí, porque está muy mayor, aunque con él nunca se sabe, porque en la primera novela lo maté y en la segunda lo resucité. Mi gran amigo Paco Camarasa me acusa de traidor por hacer desaparecer a Lascano y ha instado a sus seguidores a que me manden correos electrónicos exigiéndome que continúe.

-En sus novelas tiene mucha importancia el paisaje.

-Hay dos cuestiones que en la novelística de los autores jóvenes está bastante ausente, que me parece una falta grave, el paisaje y el diálogo. Muchos creen que el diálogo sirve para pasar la información al lector, pero es un error, el diálogo es acción, retrata al personaje. El paisaje es un personaje más, refleja los estados de ánimo, las situaciones, los temores.