Costa-Gavras: «En mis películas había presiones siempre, directas o indirectas»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Paco Rodríguez

Al cineasta, que recibirá esta tarde el premio Cineuropa, le gusta hacer de los filmes «una forma de resistencia»

18 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El director de cine Costa-Gavras (Atenas, 1933), un referente del cine político-social, recibe esta tarde en Santiago el premio de Cineuropa. «Un festival bastante extraordinario y en el que mis filmes interesan a otras generaciones, no solo a la mía», afirma. Ahora prepara una película que toma como referente un libro del exministro griego Varoufakis y que «hablará de Europa y Grecia, de la dictadura económica». Entre las series y el cine actual que le interesa cita Narcos: «Me parece impresionante».

-Apuesta por el cine político, reivindicativo. ¿Ha perdido actualmente el cine ese pulso?

-Depende del país. Pienso que siempre existe, aunque de otra manera a la de mi generación. Al menos en Francia hay, aunque hay menos en países como Estados Unidos, que hacían mucho este tipo de películas, pero hoy es más de efectos especiales, de trucos y de viajes a la galaxia.

-Recientemente afirmaba que el cine solo puede ser disidente.

-El arte es disidente -así lo aprendimos- y debe serlo.

-Afirman que la crítica social está en las series, ¿qué opina?

-Los americanos han tomado gente del cine, con talento para escribir historias y para hacer la dirección y le han dado dinero; entonces, son espectáculos de calidad. Pero me parece que crean un tipo de adicción que, cuando se ve, se quiere ver más y más. Creo que el espectáculo es un momento, es la relación con un autor, en el teatro, en el cine. Es una relación que puede continuar con una reflexión, pero no sé si las series crean este tipo de relaciones; creo que no, es una relación más floja. A mí me gustan, algunas son interesantes y algunas toman temas sociales.

-Mantiene viva la historia oscura, con desapariciones, crímenes de derecha e izquierda. ¿Qué opina del fenómeno de la posverdad?

-Hoy vivimos un período histórico distinto. Vivimos en un mundo globalizado y digital, que es una percepción de la vida y la sociedad distinta.

-En ese mundo, ¿es más importante el cine disidente?

-Sí, a mí me gusta hacer de las películas una forma de resistencia, que es algo permanente. El otro tema de mis películas es el poder, la relación del poder con los otros ciudadanos.

-Hizo películas de Hollywood, ¿sería posible repetirlas ahora?

-No, seguramente no.

-No habría «Missing».

-No. Por ejemplo, el que era responsable en Missing hoy hace películas con las momias y me dice que no puede hacer otra cosa. Los verdaderos productores de Hollywood no existen más, las majors dependen de financieros, que buscan ganar dinero.

-Estos días la actualidad del cine pasa por las denuncias de abusos. Preside la Cinemateca Francesa y recientemente recibieron críticas por programar una retrospectiva de Polanski y han aplazado una de Brisseau.

-Las retrospectivas estaban decididas un año antes. Nos han pedido censurar la película de Polanski, pero la Cinemateca no puede hacer eso, no es un juez, un tribunal para castigar una obra y un director. Respecto a Brisseau, decidimos no hacerlo en este momento porque la situación no es lo bastante serena. Pero me parece que esto que hacen las mujeres es importantísimo y hay que continuar porque hay que acabar con esta violencia contra ellas. Pero hay que respetar las obras. Estas dos personas para la justicia francesa son libres, nosotros no podemos ser otro tribunal. Es un tema complicado. Si se toma la historia del arte, por ejemplo, la literatura, Céline hizo libros extraordinarios y también libros tremendos contra los judíos: ¿qué hacemos con él? Lo que hay que hacer son leyes y educar a los niños sobre que hay que respetar al otro.

-En sus filmes toca temas muy incómodos. ¿Recibió muchas presiones?

-Había presiones siempre, directas o indirectas. No quiero ser un héroe, vivo en un país [Francia] en donde la libertad es una cosa importante y me dejan y me ayudan a hacer las películas que yo quiero. Siempre hay gente en contra. La que más generó fue Betrayed, que hice en Estados Unidos, pagada por ellos. Cuando salió decían que lo que dice este comunista francés no existe, pero ahora lo que hace Trump es eso.