El magisterio de Alfredo le vale el Premio Nacional de Ilustración

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

CULTURA

EFE

El galardón reconoce su influencia en distintas generaciones

12 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Alfredo González, más conocido por su nombre de pila a secas, es uno de los dibujantes de trayectoria más dilatada, equiparable en su alcance a la influencia que ha ejercido en sucesivas generaciones de ilustradores. Así lo reconoció ayer el Premio Nacional de la especialidad, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 20.000 euros. Su «magisterio», como lo definió el jurado, además de su probada pericia, le han valido el galardón.

Alfredo, nacido en 1933 en Asturias, estudió Filosofía y Teología antes de mudarse en 1958 a Madrid para dedicarse a la ilustración publicitaria. En 1971 fue contratado por una agencia venezolana, iniciando así una etapa en la que recorrió varios países latinoamericanos para luego regresar a España, donde ha colaborado con todo tipo de editoriales y publicaciones, como la mítica revista La Codorniz.

Alfredo agradeció ayer el premio -«Una meta, una coronación final después de 65 años de oficio», explicó- y su dotación económica. «Ya somos mayores los dos [en referencia a su esposa] y tenemos una pensión de autónomos», añadió. A pesar de que le encanta su trabajo, Alfredo confiesa que con la edad cada vez le «cuesta mucho más». «Yo uso mucho el lápiz de color y hay que presionar mucho. Dibujo tamaños grandes y por las tardes termino como si estuviese acabado».

En cuanto a su profesión, Alfredo explicó que pese a que publicar libros es «arriesgado», en la actualidad «afortunadamente» hay editores que les «brindan» posibilidades a todos los ilustradores. «A dibujantes de distintas generaciones, jóvenes y de la mía -añadió- cada uno con su instrumental. Yo he empezado con ordenador, pero soy tan torpe que al final vi que tardaba menos haciéndolo a mano».