Peter Greenaway: «Ya no queda más que ver. El cine está agotado, ya no tiene el factor ?guau?»

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

XOAN A. SOLER

El cine, critica el director galés, se ha quedado en un mero «medio textual» y una «gran decepción» para los que hablaban del séptimo arte

01 oct 2017 . Actualizado a las 08:59 h.

El cine está muerto. Lo sostiene Peter Greenaway (Gales, 1942), que ha hecho algunas de las películas que han definido el cine europeo de la segunda mitad del siglo XX y que se ha encargado de inaugurar la edición número 14 del festival Curtocircuíto.

-¿Quién es el asesino?

-Supongo que el público en general. Por supuesto, eso es una frase provocadora, los ingleses estamos llenos de ironía. Para mí y para mis padres y mis abuelos era una proyección en la oscuridad, en una pantalla muy grande, con el sonido muy alto y que se veía en compañía. Pero ahora no hace falta la oscuridad, se ve en televisión, en DVD, en smartphones y se ve a solas y de manera fragmentada. El cine fue inventado en 1895, así que tenemos 120 años de cine y hasta 1929 fue mudo. ¿Ves cine mudo? El cine mudo está muerto, completamente desaparecido, no existe ni para el entretenimiento ni para la educación. Y creo que ese es un indicador de que el resto del cine va por el mismo camino. Mis bisnietos dirán, ¿cine? ¿Qué era eso?

-Pero sigue haciéndose cine.

-Creo que hay tantísimos miles y miles y miles de películas, que hemos visto todo. Ya no hay nada más que ver. Ves los cinco primeros minutos de cualquier película y ya sabes lo que va a pasar. Creo que el cine está agotado, ya no tiene el factor guau.

-Así que Netflix y HBO se han cargado el cine.

-¡No, no! Es solo que nos hemos cansado del medio. Creo que cosas como James Cameron y el 3D eran un intento de hacer que la gente volviese al cine, y no funcionó, nadie hace pelis en 3D. Y hasta el retorno monetario de Netflix está cayendo, ya estamos cansándonos de ese producto. La mayoría deja a la mitad las series. No es más que un intento de los empresarios por llevarnos de nuevo hacia la pantalla.

-Algo bueno tiene que haber...

-No.

-¿Nada?

-El cine se está colapsando en todo el mundo. La gente joven no va al cine, no les interesa. Están interesados en su propia vida, no en las grandes imaginaciones de los artistas. Ya no hay emoción por el cine. El único sitio en el que se ven fans del cine es en los festivales.

- ¿Puede decirme alguna película o un director al que admire?

-Creo que mi gran héroe ha sido Eisenstein. Pero hay muy pocos cineastas buenos.

-¿Actuales?

-No creo. Scorsese hace la misma película una y otra vez, siempre es sobre la mafia italiana.

-Cita a Eisenstein. Trabaja en un filme sobre el paso de Eisenstein por Hollywood. ¿Cómo se habría sentido él con el cine actual?

-Bueno, la respuesta profunda nos llevaría ocho horas [ríe]. El cine ha sido una gran decepción, toda esta gente que hablaba sobre un séptimo arte emocionante en 1910 y en 1920 estarían muy decepcionados, porque no creo que hayamos visto cine, todo lo que hemos visto son 130 años de texto. Es un medio textual, así que esto ha sido un fenómeno literario y la imágenes son de segunda mano: alguien escribe unas palabras y otro las ilustra. Para mí, la palabra ilustración es una palabrota, no quiero ser un ilustrador, quiero ser un creador primario y el cine ha dejado de ser una creación primaria. El cine es solo texto ilustrado.

-¿La escritura no es importante?

-No, no tanto. La escritura no siempre ha estado ahí, es bastante reciente y el ser humano existe desde hace millones de años. El Génesis dice que en un principio era el verbo... y eso es basura. ¿Cómo podemos nombrar algo sin antes verlo? Así que en el principio era la imagen.

«No quiero ser un ilustrador, quiero hacer una creación primaria y el cine ya no lo es»

«Cataluña, por dinero y poder, intenta destruir una de las cosas más importantes que hemos creado en el siglo XX»

Greenaway trabaja en la tercera parte de la trilogía sobre Eisenstein (en Guanajuato, en Suiza y en Hollywood) que probablemente se rodará en Cuba y está terminando un filme sobre Brancusi y otro sobre Lutero.

-Estoy terminando un filme sobre el escultor rumano Brancusi, que en 1906 hizo el camino hasta París a pie y se llama Caminando a París y un documental sobre Lutero y los inicios de la Reforma, porque este año se cumplen 500 del inicio de la Reforma.

-¿Por qué está usted tan interesado en los artistas?

-Me siento identificado muy rápido con gente que está intentado crear. Gandhi dijo algo extraordinario: primero te ignoran, luego se ríen, después te atacan. Entonces ganas. El progreso llega cuando la gente lucha contra la autosatisfacción del mundo, que es muy lento a la hora de desarrollar nuevas ideas. En el siglo XX, las ideas siempre avanzaban en cuestiones sobre raza, sobre preferencias sexuales... Y ahora estamos en un momento en el que hay situaciones muy reaccionarias, como Trump, que intenta con todas sus fuerzas destrozar todo eso, lo que es terrorífico. Es lo mismo que está pasando aquí con Cataluña intentando separarse de España. Que no lo hagan, porque hemos pasado 70 años intentado unir Europa y ahora, por ideas locales de poder y dinero, están intentado destrozar una de las cosas más importantes que hemos creado en el siglo XX. El brexit también es un desastre. Unidos vencemos, divididos caemos. Así que necesitamos un mundo unido, primero los Estados Unidos de América y ahora los de Europa, y en cien años el mundo entero debe estar unido.

-Habla de globalización...

-La globalización es la respuesta. Es impopular, está llena de injusticias y habitualmente no funciona y es muy codiciosa. Pero es muy importante y tenemos que seguir intentándolo, porque de otro modo el mundo se terminará, hay como 90 maneras distintas en las que el mundo puede terminar en los próximos 50 años y tenemos que prevenirlo.