Todo lo que no sabías sobre el líder de Ilegales

Natasha Martín REDACCIÓN

CULTURA

Ilegales y Fernando Guerra

Fernando Guerra, exmánager del grupo, publica una biografía sobre Jorge Martínez

03 ago 2017 . Actualizado a las 18:16 h.

El lado más canalla del líder de Ilegales, el legendario grupo rockero asturiano, se presenta en letra impresa de la mano de Fernando Guerra, exmánager de la banda e íntimo amigo del protagonista, Jorge Martínez, en una biografía visual: «Jorge Ilegal, apóstol de tiempos salvajes». Dividido en tres partes, este libro de «rigor biográfico» narra la vida del cabeza de la banda como «músico, compositor y personaje», cuenta Guerra.

Movido por una amistad de casi cuarenta años, y teniendo en cuenta que «los lectores no son muy rockeros y los rockeros no son muy lectores», Guerra ha decidido incluir anécdotas para hacer más amena la lectura de una historia de por sí «macarra», según afirma. Como guiño al recopilatorio «126 canciones Ilegales», que recoge todas las canciones del grupo, la parte central del libro incluye «126 fotos Ilegales», muchas de las cuales «son inéditas, bien porque las hice yo; bien porque las sacaron personas que no las llegaron a publicar. Por lo que no se pueden encontrar en internet ni en los discos», argumenta Guerra. En la parte final del mismo Guerra transcribe la práctica totalidad de las letras del grupo rockero, lo que convierte este ejemplar en una suerte de libro orquesta.

«El rock tiene mucho de legendario», subraya Guerra al hablar sobre la historia de Ilegales. El exmánager del grupo busca que la gente «ahonde en el recorrido de la banda pero que también se eche unas risas», de ahí la importancia de lo anecdótico, que se ve favorecido por lo peculiar de Jorge Martínez como personaje: «Quien se ha topado con Jorge alguna vez por la calle sabe que no pasa desapercibido».

Ilegales desde el principio

Los inicios de Ilegales en el panorama musical español fueron «complicadísimos», sostiene Guerra. Empezaron en una época en la que «lo que funcionaba era el rock sinfónico y el rock folclórico, lo que actualmente se conoce como rock con raíces». Pero lo que tocaba Ilegales era otra cosa: «Se trataba de un rock muy duro; era un grupo que metía miedo en los escenarios». Por aquel entonces, con los veintipico en la sangre «nada se nos ponía por delante. Formábamos un equipo macarra con una cierta arrogancia. No íbamos buscando bronca pero tampoco la rehuíamos. El grupo atraía por lo que tenía de canalla y de perverso», cuenta Guerra.

Al no tener un soporte comercial detrás, «los contratos se arrancaban día a día con la honestidad del directo y con la respuesta del público», mantiene Guerra. No sabían lo difícil que podía llegar a ser conseguir un concierto. Los ayuntamientos preferían otros estilos o «grupos que no diesen problemas en el escenario», comenta Guerra. Si bien, «Jorge tenía mucha fe y mucho talento; yo tenía mucha ilusión y mucho desparpajo». Y con esa mezcla fueron saliendo las cosas y, ante todo, la buena música.

El bache de los 90

«Cuarenta años dan para mucho», afirma Guerra cuando recuerda la evolución musical del grupo. «La primera fase fue más fresca. Ahí salieron las mejores canciones en cuanto a mensaje y simplicidad». Hasta que llegaron los 90. «Entonces no había mucho que ofrecer, aparecieron otras tendencias y la ebullición creativa de Jorge también cayó», argumenta Guerra. Fue una época donde el grupo «tocó fondo». Y en la primera década de este siglo «Jorge intentó hacer una orquesta al uso con ‘Jorge Ilegal y Los Magníficos’, con la que buscaba reivindicar el espíritu de las buenas orquestas de los años 40 y 50», cuenta Guerra.

«La cabra tira al monte»

Como la esencia de un rebelde no se puede borrar, Jorge acabó por vivir una segunda etapa creativa. «La cabra tira al monte», comenta Guerra citando lo que el líder de Ilegales le dijo entonces. Con los sesentayalgo en la espalda «Jorge se da cuenta de que es un hombre profundamente rocker y que lo que emana de él es rocanrol». Lo bueno de este personaje, músico y amigo es que «ha podido conectar con una nueva generación utilizando el mismo estilo musical pero con letras menos sociales», sostiene Guerra.

La escena musical española: pobre

Un grupo ocupa un espacio cuando este está vacío. «Si el espacio está cubierto con talento es difícil hincar el diente», afirma Guerra. Si Ilegales ha vuelto a tener un espacio en la escena musical española es debido a que «el panorama es pobre», cuenta Guerra, «de ahí que los viejos todavía tengan hueco aunque no sepan cantar, como algunos cantautores». Para el exmánager del grupo, en España sigue haciendo falta talento joven con más fuerza y garra; un talento que sea capaz de sobreponerse a estos «viejos» a los que les sobra la energía.

¿Quién se enfrenta al líder Ilegal?

«Si la muerte me mira de frente me pongo de lao», proclama una de las canciones del grupo rockero; frase que proviene de una historia vivida entre Guerra y Jorge Martínez. Tan estrecha era esa amistad que surgió en la noche gijonesa de los 80 que acabaron viviendo juntos, compartiendo el descaro y el gusto por la música. Esa relación se fue apagando cuando Guerra dejó de ser su manager: «El grupo creció por encima de lo que yo quería; no iba a estar permanentemente de gira. A Jorge le quiero profundamente como amigo pero discutía muchísimo con él como profesional». Eso sí, siempre había cabida para las bromas porque, como cuenta guerra, «estábamos todo el día como críos».

«Jorge Ilegal, apóstol de tiempos salvajes» está dedicado al padre de Guerra. ¿La razón? Haber sido el único capaz de amenazar al líder rockero y salir ileso. Cuenta Guerra que un día, manteniendo una conversación con su padre, quien quería convencerle «de que me dedicase únicamente a estudiar», Jorge estaba presente «metiendo baza, hasta que mi padre se cabreó y se enfrentó a él» con una frase amenazante. Si bien, dada su amistad, «Jorge no siguió el reto por respeto». Al final «acabaron llevándose muy bien», asegura Guerra.

Escritor, profesor y crítico

Fernando Guerra,conocido en al ámbito nacional como escritor y crítico taurino, ha combinado sendas tareas con las musicales en el ámbito regional, ejerciendo de profesor de la Universidad Popular de Gijón, DJ, locutor y director de programas radiofónicos y televisivos, así como mánager de grupos de pop-rock, jazz y cantautores.