Alfredo Sanzol: «La comedia me gusta muchísimo y el humor es mi forma de expresarme»

Xosé Manoel Rodríguez OURENSE / LA VOZ

CULTURA

Santi M. Amil

El dramaturgo imparte un taller en la Mostra de Teatro de Ribadavia y ayer se representó su obra «La ternura»

19 jul 2017 . Actualizado a las 12:46 h.

El director y dramaturgo navarro Alfredo Sanzol es uno de los referentes ineludibles del panorama escénico actual y forma parte, junto a Andrés Lima, del renovador proyecto de Teatro de la Ciudad. Tras exorcizar algunos de sus episodios del pasado reciente por medio del teatro -La calma mágica y La respiración sirvieron para cauterizar heridas- regresó a la comedia y al humor que aportan sosiego y bienestar. En alguna ocasión se ha referido a la «finalidad curativa y terapéutica» del humor. Sanzol está estos días en la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia (MIT), donde participa por partida doble: imparte el curso Actuar, escribir e dirixir en escena -coorganizado por el certamen ourensano y la Asociación de Actores de Galicia- y en el Auditorio Rubén García se representó en la noche de ayer su montaje La ternura

-Hay referencias suyas que fijan su nacimiento en 1965 y 1972. También se le cita como madrileño y como navarro. ¿Es un montaje teatral?

-Es cierto, aunque todo tiene una explicación. Lo de 1965 está mal. Nací en 1972 en Madrid-Pamplona. Lo hice en Madrid pero a los 3 años me fui a Pamplona. Así que soy de Madrid-Pamplona; como el París-Dakar para entendernos.

-Se agotaron las plazas de su curso en minutos. ¿Lo esperaba?

-Tenía muchas ganas de venir a impartir un curso aquí y creo que la participación de la Asociación de Actores e Actrices de Galicia jugó un papel importante en esa circunstancia que menciona.

-¿Cómo ha resultado la experiencia? ¿Tenía referencias de la escena teatral gallega?

-Fenomenal. Estoy muy contento con la experiencia, el nivel es muy bueno, la actitud excelente y el trabajo creativo también. Conozco a grupos como Il Maquinario -los vi en Madrid con Perplejo, me gustaron mucho, y están en el curso-, a Chévere, Ana Vallés, Fefa Noia -que ahora lleva el CDG- y a otros compañeros gallegos. 

-¿En qué centra la actividad?

-Lo que hago con la gente que participa en el taller es compartir la técnica que uso para hacer espectáculos. Es una técnica de improvisaciones en la que me dejo guiar por cuestiones que tienen que ver, al principio, con la intuición, el placer, el juego y con desvelar una historia que imagino que ya existe, pero que espera que me ponga a hacerla. Es una manera de engañar a la mente para quitarle la responsabilidad de tener que inventar. Creamos asociaciones de ideas, de atmósferas, vamos dando forma a los personajes y a sus deseos; vemos cómo se relacionan y cómo va apareciendo una historia, de la que aún no conocemos el orden de los acontecimientos, pero que vamos descubriendo ese orden conforme trabajamos.

-Junto a la creación de sus obras figura una amplia actividad como docente. ¿Es una faceta destacada en su trabajo?

-Es muy importante y fundamental. En estos talleres pruebo, invento y creo juegos y estructuras que luego uso en los ensayos y para la escritura de mis espectáculos. De alguna manera se va retroalimentando el taller con el ensayo y con la escritura en casa. Son diferentes actividades que están conectadas y que se enriquecen las unas a las otras.

-Las críticas de «La ternura» se deshacen en elogios y algunas hablan de un futuro clásico. ¿Cómo valora la respuesta?

-Es cierto que ha tenido una recepción buenísima de crítica y de público. Estoy muy contento. Es uno de esos placeres que a veces te da el teatro y lo disfruto al máximo.

-¿La comedia es su espacio de referencia?

-Me gusta muchísimo. El humor es una parte esencial en mi trabajo creativo y en mi manera de conocer la realidad y el mundo. Es mi manera de expresarme.

-¿Trabaja en algún proyecto?

-Voy a hacer La dama boba, con la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, y estoy comenzando a escribir mi nuevo texto, que se estrenará en primavera en el Teatro Pavón.