El Resurrection rompe moldes con la explosión de Rammstein en Viveiro

I. DÍAZ ROLLE / S. SERANTES VIVEIRO / LA VOZ

CULTURA

Xaime Ramallal

El espectáculo de la banda alemana llenó un festival de sonoridades extremas que acaba este sábado, con 30 de los cien conciertos

08 jul 2017 . Actualizado a las 16:47 h.

A las dos de la tarde de este viernes Ravenblood empezó a calentar almas y cuerpos en la Resurrection Fest City de Viveiro. Sonaba en el Desert Stage, el más humilde y joven de los cuatro escenarios. El principal, en el que a medianoche actuó Rammstein, abrió dos horas después, cuando miles de fans montaban infinitas colas ansiosos por conseguir una primera fila. No importaba mucho, porque los ídolos del metal industrial alemán prometían un derroche de explosivo espectáculo con el que el Resu rompería moldes. No por esperado dejó de sorprender el montaje de los germanos cuando ya estaban sobre el Main Stage del Resu. Siete pisos de altura para un despliegue en el que el fuego y las luces juegan un papel tan poderoso como la calidad musical de la mediática banda. Sonaron los primeros acordes y poco menos de 30.000 espectadores entraron en ebullición. No había más aforo, aunque, para los rezagados, a media tarde, todavía quedaban «unas pocas decenas» de entradas. Solo para la jornada de este viernes, porque los bonos de tres días se agotaron el día anterior.

Ante tal expectación, Till Lindemann y compañía, genios y figuras de Rammstein, se confesaban «excitados, que no nerviosos», pocas horas antes de un show que los amantes del género califican como «el más espectacular del metal» en todo el planeta.

Con todo el recorrido y los hitos que las doce ediciones del Resu en Viveiro han dejado hasta ahora, el concierto de anoche probablemente ocupará un lugar destacado en un certamen que convierte una pequeña ciudad de A Mariña lucense (con unos 15.000 habitantes) en la capital europea del hardcore, el punk y el metal.

No solo por Rammstein, sino también por todo lo que hubo antes, lo que hubo después y lo que queda este sábado. El  Resurrection Fest ha vuelto a tocar techo en una edición que los organizadores miden con las casi 90.000 entradas vendidas. Por el recinto del Resu, en el barrio marinero de Celeiro, han pasado casi 70 bandas y una marea negra de miles de fans de aspecto poco convencional, a quienes los viveirenses acogen con naturalidad y aun con ternura.

Este viernes, sobre los cuatro escenarios de lo que bien puede considerarse un parque temático de la música extrema, brillaron también Architects con su metalcore, el groove metal de Vita Imana, la banda británica de post-hardcore Enter Shikari y también Animals As Leaders, con su inconfundible metal progresivo instrumental. Y este sábado todavía quedan las últimas balas del Resu 2017, nada más y nada menos que otros 31 conciertos entre los que Arch Enemy, Mastodon, Rancid -el último cabeza de cartel-, Sabaton y Talco son citas imperdibles para los fans de decenas de países que llenan Viveiro.