María Oruña: «El 'thriller' engancha porque es una forma de tener controlado el mal»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

XOAN A. SOLER

La escritora viguesa acaba de publicar «Un lugar a donde ir», la segunda novela de la serie que inició con «Puerto escondido»

22 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

María Oruña (Vigo, 1976) regresa a las librerías con Un lugar a donde ir (Destino), una novela en la que vuelven la teniente de la Guardia Civil Valentina Redondo y Oliver Gordon, los protagonistas de Puerto escondido, la obra con la que conquistó a más de 25.000 lectores. Esta vez la escritora, que entregó a la editorial directamente su propuesta sin dársela a leer a nadie, ofrece una trama más compleja y no solo ambientada en Cantabria, la tierra de su padre. Ya anuncia que habrá tercera parte y después una «gran historia» ajena a la saga.

-Después del éxito de «Puerto escondido», ¿afronta esta nueva novela como una reválida?

-Sabía que ahora iban a estar muchos ojos puestos en mí, pero también tenía claro que quería contar otra historia y que tenía que hacerlo desde las tripas, desnudarme de todo para que la historia diese un paso más, que subiese otro escalón. Por eso, está narrada con un técnica muy diferente, que la propia trama pedía, porque es completamente independiente, se puede leer sin conocer Puerto escondido.

-En la primera novela aludía a que era una historia de su abuela, ahora toma como referencia a su abuelo, que visitaba con los turistas las cuevas de Altamira...

-Cuando empecé a escribir Puerto escondido había tres temáticas que quería tocar. No quería hacer una trilogía, quería abordar tres temáticas diferentes y no sabía lo que iba a haber dentro de cada una. En la primera quise rescatar esas historias no escritas que me narraba mi abuela, pero no sabía cuál iba a ser la historia. En esta novela tenía el tema de las cuevas y nada más. Cuando comencé a estudiarlas, descubrí una historia que las superaba. En ambas partí de una frase y, a partir de ahí, investigué y encontré. Lo mismo ocurrirá con la tercera, que ya tengo en la cabeza y estoy trabajando en ella.

-Con la protagonista, Valentina Redondo, hace un guiño a la escritora Dolores Redondo. Ella hizo una trilogía y ambienta la novela ganadora del Planeta en Galicia. ¿Llegarán a su obra los paisajes literarios gallegos?

-Dolores Redondo tiene una trilogía magnífica y yo estoy haciendo una especie de saga, que no sé si terminará en ese tercer libro o no. El guiño a Redondo fue personal, porque para mí, como escritora, simboliza ese «no dejar de soñar», porque ella me animaba a seguir trabajando cuando no consideraba ni llegar a publicar. Ella es una escritora magnífica, pero a la hora de escribir somos muy distintas. Después de esta serie de tres novelas, siempre dije que la siguiente historia, que lleva años bullendo en mi cabeza y que no tiene nada que ver con Valentina, sería en Galicia porque me lo pedía el cuerpo y la tengo ahí. Ojalá se diese también el paralelismo del premio Planeta, pero es demasiado pedir.

-En su novela advierte que, pese a ser ficción, hay base real en las cuevas y en las autopsias. ¿Por qué darle verosimilitud?

-No escribo novela hiperrealista. Mi intención es presentar un juego de inteligencia y de entretenimiento, pero también reflexivo. No estoy haciendo una novela de una noticia habitual de un periódico, pero a pesar de que presento un juego, eso no quiere decir que no pueda ocurrir. Para mí es muy importante que todo lo que cuento esté fundamentado, contrastado, que sea real.

-Comenzó con «La mano del arquero», un relato de acoso laboral, y en las dos últimas apuesta por la novela negra. ¿Está dispuesta a quedarse en el género?

-Sé que son necesarias las etiquetas, pero no tengo muy claro que escriba novela negra, lo que sí es cierto es que me atrae el misterio. Sería extraordinario verme escribir novela romántica.

-¿Cuál es el secreto de la novela negra para enganchar?

-A los lectores le gusta este género thriller porque es una forma de tener controlado el mal; sabes que va a aparecer alguna incidencia, un misterio, en el que casi siempre hay alguien que no es del todo bueno y vas a ver cómo se va a poder controlar. Si en la vida real no podemos, al menos en el juego del libro, sí.