«En 'Norteáns' hay amor, odio, pasión y venganza, es un 'best seller' a la castrexa»

Rodri GArcía A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

PACO RODRÍGUEZ

La autora novela un período prehistórico sobre el que hay pocos vestigios y que discurre entre Galicia y el norte de Portugal

26 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nola es una especie de Ítaca a la que todos quieren volver». Esto sostiene Mar Guerra (Madrid, 1963) aludiendo al poblado alrededor del cual transcurre su última novela Norteáns (Xerais). La periodista y escritora, ganadora del premio Merlín con Xenaro e o misterio da mochila verde, explica pormenorizadamente las dificultades que sobrellevó para documentar un período prehistórico en el que no puede decir que los poblados son castros. «Así los nombraban los romanos y así nos ha llegado, pero ¿cómo le llamaban los castrexos?». Con este afán de ajustarse lo más posible a la realidad, y muchas horas de documentación, reconstruye una sociedad.

-¿De dónde saca estos personajes, desde los jóvenes protagonistas al consejo de ancianos?

-A partir de la documentación arbitro el eje de la historia con unos cuantos personajes para ver qué tarea pueden hacer dentro de la trama. Al final acaban siendo iconos de lo que había en la época: el jefe, el esclavo... Van complementándose, tirando unos de otros. De donde salen no lo sé, porque han sido muchos años intentando no meter la pata ya que pisas un terreno muy inseguro: ¿cómo vestían?, ¿cómo se relacionaban?, ¿había moneda?

-¿Y cómo lo ha solventado?

-Lo que hice fue trasladar aquella cultura castrexa, respetando lo poco o mucho que se sabe de ella, a una mentalidad contemporánea porque, al fin y al cabo -y lo justifico por todas partes-, qué diferencia puede haber, más allá del avance social: los conflictos humanos y las pasiones que nos mueven son las que nos movieron al principio de los tiempos.

-¿Y la ambientación?

-Tiré por la calle de en medio, con lo que es más fácil de desarrollar la trama. Pero cuando un personaje va a comer, ¿qué come?, se levanta y ¿a dónde va?, ¿abre la puerta o sale por la ventana? Son chorradas, pero es importante si no quieres caer en anacronismos. Fue todo un dolor documentarlo, las 500 páginas, la edición final... Ha habido muchas versiones por el camino, el gallego ha ido evolucionando mientras el libro estaba en el cajón. Y después se ha adaptado a una obra más juvenil, aunque es para mozos y adultos.

-¿Aunque los protagonistas de la novela sean jóvenes?

-Sí. El lenguaje no es simple, yo peco de eso, no soy nada sencillita. La historia es tipo best seller: hay amor, odio, pasión, venganza, asesinato y sexo, o sea, un best seller a la castrexa. Es verdad que hay un trasfondo de revolución social, de lucha de clases, de recuperación de la identidad social... Todo eso enriquece si lo comprendes, y para ello necesitas cierta información, sin ser un erudito, ni conocer la época, pero sí tener una cierta madurez...

-Le da protagonismo a la mujer...

-Hay poquísima información sobre el papel de la mujer en la sociedad castrexa. Me gusta que haya mujeres que sean representativas en las historias, pero en este contexto no era sencillo porque otorgarle a una chica ese papel dominante era complicado si no quería caer en el anacronismo. Lo solucioné, mal que bien, porque parece que era una sociedad un poquito matriarcal no tanto en cuanto al ejercicio del poder sino en el respeto por las tradiciones, la transmisión de herencias... Las mujeres no pinchaban mucho pero tenían un cierto papel mas allá de la matriarca y la cuidadora. Ahí fabulé un poco y utilicé detalles históricos para arrimar el ascua a mi sardina.

-Lo que está claro es el inconformismo de la protagonista.

-¡Por supuesto! Mis chicas siempre son lo peor, son malas, malas. Pero tampoco puedo evitar, y eso supongo que es reflejo de la vida real, que los malos nunca sean malos del todo y que los buenos tengan su puntito de perversión. Creo que somos así: la vida no es blanco y negro, es claroscuro. Es verdad que mi prota es de armas tomar, no es nada plana, tiene muchas lecturas, pero tiene ese punto también de cerrazón. Y, al mismo tiempo, el malo malísimo de la historia llega un momento en el que se redime. No está nada claro quiénes son los malos a poco que avances.