El artista compostelano ofrece en «Infinito caduco» una manera diferente de acercarse a la naturaleza
07 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La cámara de Denís Estévez (Santiago, 1980) detiene el discurrir de los ríos para dejar fotografías que se convierten casi en pintura. Pequeñas porciones para mostrar la naturaleza de una forma diferente a la habitual. Así son las diecinueve imágenes que conforman Infinito caduco, la quinta exposición individual del fotógrafo compostelano, que se puede visitar en la galería Luisa Pita de Santiago hasta el próximo lunes.
En este trabajo, Denís Estévez trata de mostrar «os detalles que normalmente pasan desapercibidos. O importante é iso, o que vemos de lado, o que non lle damos importancia, porque estamos rodeados de algo moito máis grande». La muestra Infinito caduco es el resultado de tres años de trabajo del fotógrafo compostelano, en los que recorrió ríos situados en las provincias de A Coruña y Pontevedra en las diferentes estaciones para intentar reflejarlos con su cámara.
Ahora, a una semana del cierre de esta nueva exposición, Denís Estévez hace un balance positivo de la acogida que ha tenido. «Á xente sorpréndelle que sexan unhas imaxes tan diferentes doutros traballos», explica.
Reflejo del sol
En las instantáneas, casi a modo de fotografía abstracta del autor compostelano y sin ningún tipo de boceto previo, figura el reflejo del sol, transparencias del cauce fluvial o pequeñas ramas, que toman el protagonismo total. De las 19 imágenes, hay cuatro -que llevan por título Segredos- que son las únicas en las que hay una intervención del artista, pero pasajera, sobre superficies que cambian constantemente, como la arena. En el resto no hay ninguna manipulación digital de la imagen. Estévez explica que utilizó el revelado clásico, «nalgunhas máis extremo, pero sen manipulala, só para sacarlle a personalidade á foto».
El trabajo con los ríos de Denís Estévez no se detiene con esta muestra. «Aínda queda moito traballo por facer, pódese explotar máis», explica el autor, que comenzó por la pintura y el dibujo, para centrarse en los últimos tiempos en la fotografía. Pero en este camino, como se refleja en Infinito caduco, se mantiene esa huella de los primeros pasos: «Sempre está o ollo da pintura polo medio». Ahora, el artista compostelano está centrado en las fotografías de paisajes. «Céntrome máis nos espazos que nas persoas», explica, apuntando que esta opción ofrece un mayor tiempo para poder trabajar.