Calypso Rose, la mujer que hizo del calipso una monarquía

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

RICHARD HOLDER

La artista antillana recibirá el premio del festival Womex, que ha decidido homenajear la figura de una mujer que ha cambiado la historia de la música para siempre

21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Escribí mi primer calipso cuando tenía 13 años y a los 15 me subí por primera vez a un escenario». Era 1955. Su padre, ministro espiritual, no estaba muy conforme con el camino que había escogido Linda McCartha Monica Sandy-Lewis. «Creía que cantar calipso era lo mismo que cantar la música del diablo», recuerda la que hoy en día es la reina de este estilo musical caribeño. «Pero no, no es la música del diablo». Había nacido Calypso Rose, leyenda viva de la música de raíz que llegó a girar con Bob Marley y que, sobre todo, rompió estereotipos. El festival Womex ha decidido homenajear la figura de una mujer, negra y africana, que ha cambiado la historia de la música para siempre.

Mujer, africana y negra. ¿Tenía todo en contra? «Diría que no en cuanto a ser de origen africano y negra en Trinidad y Tobago cuando empecé mi carrera». Otra cosa es ser mujer cuando el calipso había sido siempre terreno de hombres: «Creo que fue con eso con lo que tuve más dificultades». Solo había reyes del calipso. Hasta que llegó ella e inauguró una nueva dinastía. Dejó de haber reyes para haber monarcas. Y esa corona, tanto la del calipso como la de haber cambiado un título para adaptarlo a los nuevos tiempos, nunca han podido arrebatársela a Calypso Rose, que en su último disco ha colaborado con Manu Chao. «La mezcla del álbum fue muy creativa». Tanto, que «gracias a su creatividad me han dado el disco de oro en Francia». Una experiencia con la que Calypso Rose ha disfrutado mucho. 

Justicia social

El estilo en el que ella reina, además de hacer bailar, tiene que hacer pensar. Son sus propias palabras. Así que un buen tema para escribir un calipso «es siempre la justicia social». No le gusta escribir calipsos en contra de los gobiernos. Los considera también parte del pueblo porque es el pueblo el que escoge a sus representantes. «Lo que prefiero es tocar ciertos temas mientras hago feliz a la gente».

Y, sin embargo, da gracias al cielo porque la Casa Blanca haya estado habitada ocho años por el primer presidente negro de los Estados Unidos. La paradoja, sin embargo, no le pasa inadvertida. Un negro dirigiendo el país y conflictos raciales en diferentes puntos de los Estados Unidos. «Es una pena que haya tantas tensiones raciales en los Estados Unidos», lamenta Calypso Rose, que tampoco tiene problemas en expresar su deseo de que la próxima presidenta de los Estados Unidos, su país de adopción, sea Hillary Clinton: «Sería una gran señal de progreso. A principios del siglo XX las mujeres no podían votar ni podían tener propiedades, y hoy tienen más derechos y libertades». Así que sí: «Me encantaría que Hillary Clinton fuese la primera presidenta mujer de los Estados Unidos».

Derechos y libertades que también se han ido ganando las africanas: «Mira a Angelique Kidjo, por ejemplo. Es una mujer negra y africana y actúa en Unicef». Y no solo eso. Ha estado nominada cuatro veces a los premios Grammy y en sus álbumes han colaborado artistas como Carlos Santana, Alicia Keys, Peter Gabriel y Ziggy Marley. «Las mujeres negras y las mujeres africanas han hecho grandes avances y las cosas han cambiado a lo largo del tiempo». Y su cabeza regresa a aquellos años en los que el matrimonio interracial era ilegal. «Y ahora completamente normal», subraya, tras lo que aprovecha la cuestión para llevarla a su terreno. «Ser una artista era difícil, y ahora vemos a muchas más mujeres artistas».