Dylan, como si nada hubiera ocurrido

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EFE

Si se sintió honrado al enterarse de que había ganado el Nobel, desde luego no dio muestras de ello. Como estaba previsto, se subió al escenario en Las Vegas y no dijo al respecto ni una sola palabra

14 oct 2016 . Actualizado a las 14:26 h.

Si Bob Dylan se sintió honrado al enterarse de que había ganado el Nobel de Literatura, desde luego no dio muestras de ello. Como estaba previsto, el legendario rockero de 75 años se subió este jueves al escenario del casino The Chelsea en Las Vegas sin pronunciar una sola palabra sobre el hito que supone el galardón. Ni sobre ninguna otra cosa.

Dylan retomó el repertorio que interpretó en el concierto del pasado 7 de octubre en el festival Desert Trip, con clásicos de los 60 y los 70 como Rainy Day Women #12 & 35 y Tangled Up in Blue y hits más recientes como Make You Feel My Love del celebrado Time Out Of Mind de 1997.

Enfundado en un holgado traje gris perla, con los focos formando una suerte de halo sobre su ensortijada y blanca cabellera, el primer músico galardonado con el premio más importante de las letras cumplió como un profesional, cantando con su rasgada voz, marca de la casa, mientras tocaba el piano, la guitarra y la armónica respaldado por su banda.

Ni siquiera aprovechó los descansos entre tema y tema para dirigirse al público. Dylan ignoró las ovaciones de sus fans, que exclamaban «¡Premio Nobel» en la que probablemente fuera la primera vez que un grito así se escuchaba en un concierto de rock. Sin embargo, cuando llegaron los bises, la melodía cambió.

En un aparente reconocimiento al tributo que se rendía desde Estocolmo a su legado, abandonó el guión de su anterior concierto para interpretar su himno de protesta Blowin' in the Wind (1962) mientras unos 2.000 seguidores lo celebraban. Después, este enigmático artista, que ha provocado quebraderos de cabeza en generaciones de académicos empeñados en desentrañar los mensajes de sus letras, tomó prestado un hit de Frank Sinatra para cerrar el espectáculo: Why Try To Change Me Now (por qué intentar cambiarme ahora), de su disco Shadows in the Night.

Y es que mientras las redes sociales se enzarzaban en el debate sobre si un cantautor merece o no el Nobel de Literatura, Dylan guardaba silencio. Pese a las felicitaciones que le llegaron de colegas como Mick Jagger, Tom Waits o Ringo Starr, o del presidente Barack Obama, durante horas no hubo comentario alguno en sus cuentas oficiales. Hasta que finalmente apareció un tuit  con la noticia y la argumentación del jurado, sin más.

«Bob Dylan fue distinguido con el #PremioNobelDeLiteratura 2016 'por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición musical estadounidense'», se leía en el mensaje, que citaba textualmente a la Academia Sueca.

A continuación, un retuit de la felicitación del presidente estadounidense. 

Su reacción no debería sorprendernos tanto. Dylan ha sido merecedor de un rosario de galardones, entre ellos más de una decena de Grammys, un Oscar, el Pulitzer de honor, el Polar de Música, la Medalla de la Libertad, la Orden de las Artes y las Letras francesas o el Príncipe de Asturias de las Artes. Pero no siempre los ha agradecido públicamente.

Aunque en 1988 sí pronunció un breve discurso con motivo de su inclusión en el Salón de la Fama del Rock and Roll, en el año 2000 aceptó su Oscar a la mejor canción original por Things Have Changed vía satélite desde Australia. Y en el 2007 tampoco viajó a Oviedo para recibir el Príncipe de Asturias. «Soy consciente del enorme prestigio que este premio proporciona, así como también de la larga lista de ilustres galardonados. Es realmente un gran honor», escribía entonces en un escueto comunicado, en el que lamentaba no poder recibirlo en persona. «Espero regresar pronto a España para manifestar mi gratitud por este galardón», añadía.