Steven Spielberg: «Veo 'E. T.' y 'Mi amigo el gigante' como una reunión maravillosa»

María Estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

CULTURA

VALERIE MACON

El director vuelve a contar con Mark Rylance en la adaptación de la novela del británico Roald Dahl

07 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Construir fantasías en películas forma parte de la trayectoria artística de Steven Spielberg (Cincinnati Ohio, 1946). En su nueva cinta, Mi amigo el gigante, el espíritu del niño que habita dentro de su piel cobra vida, porque pocos realizadores hay que crean tanto en la magia como él mismo. Spielberg ha esperado la evolución de la técnica de la captura del movimiento para conseguir desarrollar la visión que deseaba lograr. El cineasta ha inventado un sistema de lentes que atrapan las evoluciones de los actores.

Protagonizada por Mark Rylance, en el papel de gigante bonachón, y la niña de doce años Ruby Barnhill, la película se centra en la historia de una huérfana que se hace amiga del primero. Sin detenerse nunca, Spielberg está embarcado ya en su próximo proyecto, Ready Player One, un filme de suspense dentro del género de la ciencia ficción, en el que volverá a contar con Rylance como protagonista. Será la tercera cinta que rueden juntos después de El puente de los espías y Mi amigo el gigante.

-Hace dos años pronosticó la implosión de la industria del cine.

-Yo no predije la implosión de la industria del cine, simplemente anuncié que habría un gran número de películas comerciales en verano y llegaría un momento en que no fuera sostenible. Cuando tres o cuatro películas de superhéroes dejen de funcionar la situación cambiará. Intentaba apuntar que hay espacio para el cine mientras haya público. Hay películas pequeñas que están empezando a sufrir la presión y no tienen cines donde estrenarse. Cada vez cuesta más encontrar la financiación para historias independientes.

-¿Por qué decidió rodar «Mi amigo el gigante»?

-Es una historia que habla de abrazar nuestras diferencias, de hacer un esfuerzo por entendernos. Para mí este filme es una vuelta al pasado. He podido revisitar algo que siempre me ha gustado hacer como es contar historias usando la imaginación. Cuando ruedas una película de época no hay lugar para la imaginación, pero con Mi amigo el gigante me sentí libre. He realizado muchos trabajos entre E. T. el extraterrestre y esta película, pero veo las dos como una reunión maravillosa.

-¿Cómo le llegó el proyecto?

-Me sentí atraído por el guion cuando escuché que mi socia, Kathleen Kennedy, había contratado a la guionista de E .T., Melissa Mathison, para adaptar el clásico cuento infantil de Roald Dahl. La muerte de Melissa me ha dejado un sabor agridulce, y por eso me cuesta explicar la felicidad que me ha producido dirigir este filme. Es un sueño hecho realidad.

-¿Tuvo que adaptarse a las exigencias tecnológicas del filme?

-Cuando estoy preparando un proyecto, rodando una secuencia o iluminando una escena solo quiero pensar en mi trabajo, no en el equilibrio que necesita o en la tecnología, ni pararme a pensar en el rendimiento de mi trabajo, yo simplemente busco contar una buena historia.

-Parece que últimamente siente debilidad por Mark Rylance.

-Es un actor sutil que siempre aparece en los rodajes cargado de ideas. Me siento muy afortunado de contar con Mark en mis películas, de conocerle y de considerarle mi amigo. Tengo muchos conocidos, pero no he invitado a mi vida a mucha gente de la industria. Siento un gran respeto por Mark y nos divertimos mucho juntos, somos inseparables.

-La mayoría de sus películas tienen una gran carga emocional, lo que acaba conquistando al público. Se le acusa en ocasiones de sentimentalismo.

-Esa no es mi intención [Ríe]. Creo honestamente que las emociones pueden llegar a ser una catarsis. El destino y la supervivencia son temas importantes para mí, igual que la honestidad y la lealtad. El mayor éxito de Hollywood es que las películas tengan significado fuera de su país de origen. Los filmes deberían llegar a todas las casas, tocar todos los corazones del mundo. Tenemos mucho tiempo por delante para crear los sueños que aún no hemos imaginado.