«De los autores gallegos que leí, el que más me impresionó fue Martín Códax»

Rodri GArcía A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

XOÁN A. SOLER

El académico dice que ya le gustaría ser universal y le parece bien lo de gallego: «Nunca me lo habían dicho»

15 may 2016 . Actualizado a las 19:07 h.

Sentado en la sección infantil de la librería Moito Conto, de A Coruña, Pere Gimferrer (Barcelona, 1945) pregunta: «Lo de Escritor Galego Universal, ¿es por la poesía, por la prosa o por qué?». Cesáreo Sánchez Iglesias, presidente de la Asociación de Escritoras e Escritores en Lingua Galegos (AELG) que le entregó anoche dicha distinción durante la Gala do Libro Galego que se celebró en Santiago, responde: «Por todo. Como decía Octavio Paz, 'escriba lo que escriba Pere Gimferrer, escribe el poeta'». El miembro de la Real Academia Española comenta sorprendido: «¿Dice eso? No me acordaba... Por cierto, era de origen gallego y andaluz. Creo que era Paz por el lado gallego y Lozano por el andaluz. Su padre, Irineo, murió de un modo bastante catastrófico en México, era soldado de Pancho Villa. Era de origen celta (...) Él bajó a Medina Sidonia e intentó venir a Galicia varias veces, estaba interesado por los celtas, pero no lo consiguió».

Y si Octavio Paz no llegó a venir a Galicia, Gimferrer tiene una larga vinculación que va desde venir a recoger algún que otro galardón a comienzos de este siglo, hasta participar en el congreso sobre Lois Pereiro con motivo del Día das Letras Galegas o en la última presentación del libro que hizo Carlos Oroza en Vigo; todo ello por no remontarse a los primeros años sesenta, cuanto conoció en Ginebra a otro de los grandes poetas gallegos, José Ángel Valente: «Hay montones de cartas entre Valente y yo».

De todos modos, Gimferrer insiste en saber los motivos por los cuales los escritores gallegos lo han distinguido con un galardón que ya recibieron Juan Gelman, Antonio Gamoneda, Elena Poniatowska o Lidia Jorge y Cesáreo Sánchez Iglesias le explica: «Este é un premio que a asociación da a escritores e escritoras non só -como é o seu caso- pola incontestable calidade literaria da súa obra, senón polo altísimo contido ético e estético que ten a mesma. Aínda que el escribe en catalán, en italiano e en español e le perfectamente galego e coñece a literatura galega; para nós era dar un abrazo fraterno a súa lingua materna que é o catalán».

-¿Cómo valora este premio?

-Me parece muy bien que me llamen universal, ya quisiera yo serlo, pero todavía mejor que me llamen galego, porque quizá nadie todavía me lo había llamado.

-¿Qué fue lo primero que empezó a leer en gallego?

-Me gusta lo de galego. Es una de las primeras lenguas que aprendí a leer. Y lo aprendí por dos razones fundamentales... Tres. Primero por Rosalía, primera autora que leí en su lengua original. Cantares gallegos me acuerdo que lo leí aquí en A Coruña, una edición pequeñita que había en Crisolín, de Aguilar. Aparte de Rosalía, Cunqueiro, a quien llegué a tratar aunque solo a través de escritos, curiosamente nunca lo vi cara a cara. Y en Barcelona había, y hay, una persona de gran importancia en este aspecto, que es Basilio Losada.

-¿Habrá leído a otros autores gallegos?

-Después de esos dos contemporáneos leí a muchos autores gallegos, pero quizá ninguno me impresionó tanto como algunos poetas medievales, principalmente Martín Códax, con el ensayo de Jakobson, Mendiño, sobre el que incluso he escrito, y, en general, casi todos los medievales. También leí cantigas de escarnio e maldizer, las cantigas de Santa María, lo que está en los tomos de la lírica profana del instituto Ramón Piñeiro.

-¿Le interesa la lírica medieval en general o solo la gallega?

-Esta poesía se escribía en Italia, en Provenza, en Cataluña y casi toda ella se escribía en lo que llamaban entonces provenzal y llamamos hoy occitano. Ninguna me impresionó tanto como la gallega, aunque hay cosas extraordinarias en provenzal, pero la gallega, de cuyos autores sabemos muy poco, me impresionó. Creo que de algún autor solo sabemos el nombre.

-¿Distingue entre un escritor y un poeta?

-Todo poeta es escritor, sin embargo, no todo escritor es poeta. Esto me parece claro, al menos en la lengua actual. Si habláramos en griego, el que hace poiesis no es solo escritor y poeta puede ser también dramaturgo y puede ser incluso un escultor.

-¿Por qué le llamó la atención la obra de Rosalía?

-Por su calidad evidente, aunque tengo mis dudas sobre si prefiero Cantares gallegos o Follas Novas. Lo que sí creo recordar es que en aquella edición había un glosario al final, pero nunca lo miré porque si una palabra no lo entendía a la primera a la segunda sí.

-¿Ha escrito algo en gallego?

-He escrito en cuatro idiomas, lo que más en catalán y castellano. En italiano tengo un libro y en francés otro. Para escribir en un idioma tengo que estar seguro de que sé que puedo escribir, no solamente que lo pueda leer.

-¿Para qué sirve la poesía en un mundo tan pragmático?

-Hay que mirar el papel que tiene en nuestro mundo. A partir del siglo XIX la poesía ya no depende de un público de un modo esencial, ni de unos mecenas y menos aún de una corte. Empieza a no depender de nadie quizá con Baudelaire. Después de él la poesía tiene dos ventajas: es el único ejemplo que hay cuyo uso del lenguaje no sea instrumental o ni siquiera de intercambio, ni siquiera designando cosas del mundo sino las palabras a sí mismas como sonido, como imagen. El ejemplo más alto es Rimbaud, pero hay muchos más. Al no perseguir ninguna finalidad práctica de este tipo, por un lado se opone a la función del lenguaje habitual, la función comunicativa y utilitaria. Es la creación de un objeto verbal autónomo que existe en el instante en el que se ha producido y que dura lo que dura ese instante, aunque luego la sigamos repitiendo. La poesía es una forma de conocimiento, mas que de comunicación.