Pese a tratarse de un cuento infantil, Bobin evita retratar a sus personajes como buenos y malos, de modo que la Reina Blanca demostrará no ser tan perfecta como parece mientras que la endiablada Reina Roja desvela su corazoncito.
«La naturaleza del bien y el mal nunca es tan simple como parece. Son conceptos que merece la pena explorar y explicar cómo y porqué ocurrieron las cosas que determinaron el carácter de los personajes», opina el director.
En el caso de Alicia, Wasikowska alaba su fuerza y su independencia, pero tampoco ella es una heroína al uso.
«Empieza la película sientiéndose muy poderosa y con un fuerte sentido de sí misma, pero tiene una lección que llevarse y es que que no se puede cambiar el pasado, sino que hay que aprender de él para no perderte el presente», asegura la que fue protagonista de La cumbre escarlata o Jane Eyre.
Para Wasikowska, y pese a su pasado de bailarina, el mayor reto del rodaje fue el físico. «Me pasé cinco meses corriendo y con una sensación de agotamiento», confiesa, encaramada a unos vertiginosos tacones negros.