Alberto Díaz: «Roma es una ciudad construida una sobre otra»

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

CULTURA

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El cineasta gallego rueda «Lembranzas» en la capital italiana, un corto a partir de imágenes familiares

02 may 2016 . Actualizado a las 08:43 h.

El día que Alberto Díaz López (Bóveda, 1984) descubrió las películas en súper-8 en las que aparecían su padre y su tía, se llevó una sorpresa. Había oído hablar en familia de cuando recorrían Europa trabajando en un espectáculo circense, pero verlos en movimiento tan jóvenes fue para él algo insólito. Gracias al programa de becas de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Alberto prepara en la Academia de Roma un cortometraje con el título Lembranzas que recuerda aquella aventura.

-¿Cómo fue su primer contacto con estas películas familiares?

-Las encontré cuando estaba al principio de la carrera y las puse en el proyector. Era la primera vez que usaba uno porque yo siempre he trabajado con el digital. Fui apuntando lo que llevaba cada rollo. No tenía casi ninguna foto de la historia que conocía solo por lo que me habían contado, ¡cosas que ni le hacías caso porque era tu familia! La primera imagen que vi fue la de mi padre y mi tía en Roma en la plaza de San Pedro y me impactó bastante. Hice un esquema de lo que tenían los rollos y de quien era quien en las películas y lo guardé.

-¿En aquel momento ya pensó hacer algo con ellas?

-No, la verdad es que acabé la carrera, hice un doctorado, monté la productora Mordisco Films, y me puse a hacer trabajos audiovisuales hasta que supe de estas becas y me acordé del proyecto, que me pareció ideal para presentar.

-¿Cómo es «Lembranzas»?

-Es en plan ensayo de corte experimental, de unos 21 minutos aunque tengo suficiente material para hacer un largo dentro de unos años. Lo que me planteo con él es preguntarme cómo funciona el cine con fragmentos de piezas audiovisuales que forman como una especie de memoria externa nuestra. Investigando sobre los recuerdos voy dando pinceladas de cómo funcionan en el ser humano. Yo hago la voz y voy hablando de cómo funciona el cine, la memoria, el tiempo, la identidad.

-¿Roma, una ciudad tan cinematográfica, le ha inspirado?

-La primera imagen que vi en las cintas de súper-8 era en Roma, en la plaza de San Pedro, porque mi padre y mi tía estuvieron un año entero con los Harlem Globetrotters por Italia haciendo un número en el intermedio de sus partidos. Al principio filmé bastantes cosas de la ciudad porque iba a tener una especie de estructura triple: las imágenes en súper-8, los aspectos más poéticos de la ciudad y unas micro-grabaciones de pinturas sobre acetatos. Pero después el proyecto se hizo más esencial y solo tenían sentido las piezas grabadas de acetatos pintados que funcionan como representación de los propios recuerdos, como si hicieras una foto a nivel químico. De todas formas, Roma me ha influido mucho porque me he puesto a hablar de muchas cosas como la degradación de la materia y esta es una ciudad construida una sobre otra. Los recuerdos son como materias que se degradan como nuestra propia vida. Toda esa relación es la que ha ido estructurando el cortometraje.

-También tiene una productora, Mordisco Films, y una distibuidora, Yaq.

-La sede social de Mordisco Films está en Monforte de Lemos, pero la mayoría de las cosas las hago en Madrid, donde vivo. Hemos hecho bastante publicidad porque es lo que da de comer y nos hemos metido mucho en ficción haciendo bastantes cortometrajes en estos años.