«Hitler tenía mucho más apoyo popular en su país que Stalin en la URSS»

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

CULTURA

BENITO ORDOÑEZ

El gran especialista del nazismo aborda la historia europea desde 1914 a 1949, la que llama era de la autodestrucción

26 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Era un historiador especializado en la época medieval, pero un viaje a Baviera en 1972 le hizo cambiar el foco y volcarse en el estudio del nazismo. «Mi encuentro en un café con un viejo nazi me hizo decidirme. Le comenté que aquellos años del nazismo debieron ser tiempos muy duros y me respondió que fueron los mejores y que los británicos habíamos sido muy estúpidos por no unirnos a los alemanes en la guerra para derrotar el bolchevismo y dominar el mundo», relata sir Ian Kershaw (Oldham, 1943). «Una frase que me dijo y nunca olvidaré fue: ?el judío es un piojo?; me pareció tan terrible que quise comprender lo que los alemanes sentían sobre Hitler y los nazis», recuerda. Autor de una monumental biografía del Führer, considerada la obra de referencia sobre el siniestro dictador, ahora publica Descenso a los infiernos. Europa 1914-1949 (Crítica), un libro fundamental para entender ese convulso período.

-¿Cómo fue posible que de repente en una Europa que parecía en calma estallara la Primera Guerra Mundial?

-Cuando el archiduque Francisco Fernando fue asesinado en Sarajevo el resultado más probable habría sido un ataque como venganza de Austria sobre Serbia. Las grandes potencias así lo esperaban y lo habrían aceptado, pero sus miedos y ansiedades y los conflictos y tensiones subyacentes hicieron que a lo largo de los siguientes meses una pequeña crisis se convirtiera en una gran crisis que solo podía solucionarse a través de una guerra.

-¿Qué hubiera pasado si se hubiera evitado la guerra? ¿La habría habido más tarde?

-La guerra no tenía por qué pasar en agosto de 1914, habría estallado sí o sí durante los años siguientes.

-¿Alemania es el país central para explicar lo que pasó en el período que estudia?

-Sin ninguna duda. Suelo utilizar lo que llamo el «Matrix de la catástrofe» para explicar la unión entre las dos guerras. Expongo las cuatro causas que llevaron al desastre: la explosión del nacionalismo étnico-racista, el revisionismo territorial, la agudización de los conflictos de clase, que cobró una importancia mayor con el triunfo del bolchevismo en 1917, y la crisis del capitalismo. Todos estos puntos tuvieron su expresión más extrema en Alemania. Este país fue fundamental en el estallido de la Primera Guerra Mundial, causó la Segunda, estuvo en el centro de la Guerra Fría y también de su final, y ha sido protagonista de la crisis financiera del 2008. Alemania ha ejercicio un papel esencial en lo que ha pasado en Europa.

-¿Sin Hitler habría habido Segunda Guerra Mundial?

-Las posibilidades de que hubiera una guerra eran muy altas. Sin embargo, es muy probable que hubiera sido diferente sin Hitler. Sus intervenciones personales fueron decisivas para determinar qué tipo de guerra sería. Sus decisiones hicieron que fuera más destructiva, inhumana y brutal. Probablemente sin Hitler no se habría producido el exterminio de los judíos.

-¿La Segunda Guerra Mundial se puede considerar una lucha del bien contra el mal?

-Desde el punto de vista de los valores occidentales y de la democracia sí. Incluso si se tiene en cuenta el terrible sufrimiento que causaron los nazis a la población soviética también puede verse así. Pero la victoria del estalinismo infligió un sufrimiento y una represión continuos en Europa central y del este durante los 40 años siguientes, además de en la URSS.

-¿El papel de la URSS, con un coste terrorífico de vidas humanas, fue decisivo para la victoria?

-Sí, porque la guerra sobre el terreno se libró sobre todo en Europa oriental, el Ejército Rojo ganó las grandes batallas. Los aliados occidentales empezaron la guerra sobre el terreno en junio de 1944. Sin la contribución soviética les habría sido muy difícil ganar.

-¿Los nazis tuvieron alguna posibilidad de ganar la guerra?

-A largo plazo no. Aunque en 1942 parecía que podían ganar, pero forzaron demasiado la máquina.

-¿En qué se parecían y diferenciaban Hitler y Stalin, el nazismo y el comunismo?

-No solo hay que mirar a los individuos sino también los sistemas que representan. Hay diferencias cruciales en la ideología y los objetivos. El de Stalin era establecer el comunismo en la Unión Soviética y mantenerse en el poder. La gran mayoría de las personas que asesinó fueron soviéticos. La ideología de Hitler desde el principio predicaba la guerra y la conquista racial sin límites. No es útil decir cuál fue el peor monstruo, pero creo que el sistema de Hitler era más peligroso para la paz mundial.

-Usted afirma que ambos tenían una personalidad paranoica.

-Eran diferentes clases de paranoia. La de Stalin estaba mucho más relacionada con la seguridad, creía que todo el mundo conspiraba en su contra. La de Hitler era más ideológica, no sospechaba tanto de la gente de su alrededor y por eso le sorprendió tanto el atentado que sufrió en 1944. Su paranoia la dirigía a lo que veía como una conspiración judía, por eso era más peligrosa. Veía a los judíos como una amenaza para Alemania porque dominaban el capitalismo y el bolchevismo y se consideraba obligado a lanzarse al dominio del mundo, a destruir a los judíos y el bolchevismo.

-Cuenta la anécdota de que Stalin ejecutó a su propio loro.

-Stalin solía escupir cuando se paseaba por la habitación. El loro imitaba el sonido y le molestó tanto que le mató golpeándole con su pipa en la cabeza.

-¿Qué leían?

-Ambos leían para confirmar sus ideas preconcebidas. Stalin tenía una comprensión intelectual más abstracta y profunda, leyó a Marx y Lenin. Hitler leía mucho, pero sin rigor, era más emocional.

-¿Qué apoyo tenían?

-En una dictadura es imposible establecer un porcentaje. Pero todos los indicadores dicen que Hitler gozó de un nivel muy alto de popularidad en Alemania hasta en la mitad de la guerra, sobre todo a sus éxitos en política exterior y por haber vuelto a convertir a Alemania en una gran potencia. En el caso de Stalin, los indicadores indirectos dicen que no gozaba de un apoyo ni parecido al de Hitler, que era mucho mayor. El terror dirigido a su propia población sugiere que la oposición al estalinismo era considerable.

«La paranoia de Hitler era más peligrosa que la de Stalin, pues quería dominar el mundo»

«No volveremos a los tiempos oscuros en Europa, pero hay problemas»

Kershaw alerta de las amenazas a las que se enfrenta la Europa de hoy, pero descarta la vuelta a los tiempos oscuros de los años 30.

-¿Qué lecciones se pueden sacar de lo que sucedió entre 1914 y 1949 para aplicar a la actualidad?

-Podemos sacar la conclusión de que nos ha ido mucho mejor en Europa trabajando de manera conjunta que compitiendo los unos con los otros. El desarrollo de la integración europea, con todos los problemas que hay ahora, ha sido un gran éxito. Ahora tenemos un continente de países democráticos, lo que no era el caso en los años 30, con estructuras económicas entretejidas, no el proteccionismo nacional de los años 30. Nos enfrentamos a nuevos problemas, pero, con todas las ansiedades presentes, estamos mejor situados para lidiar con ellos que entonces.

-¿Europa puede descender de nuevo a los infiernos?

-No. No volveremos a los tiempos oscuros de los años 30, pero cómo salgamos de los problemas actuales es una cuestión abierta.

-¿Cuáles son las principales amenazas?

-La crisis económica, que ha contribuido a desestabilizar y dañar la política establecida y ha dado lugar a nuevos movimientos populistas. Todo esto se ha acentuado con la crisis de los refugiados, que está enfrentando a Europa a un enorme problema sin precedentes y ha debilitado aún más a los estados europeos.

-¿Qué le parece el acuerdo de la UE con Turquía para llevar allí a los refugiados?

-Es una vergüenza para Europa. Habrá que ver si se mantiene, pero desde luego las concesiones que se están haciendo a un régimen cada vez más autocrático son una vergüenza.

-¿El ascenso de la derecha extrema xenófoba y populista, como se ha comprobado en Austria, es una amenaza seria?

-Es muy preocupante. Estos movimientos de protesta pueden crecer. La doble crisis que he mencionado puede hacer aumentar más la xenofobia. En el caso de Hungría y Polonia se está dañando el sistema democrático desde dentro. No quiero excusarlo, pero se explica porque estos países han tenido muy poco tiempo para restablecer sus identidades nacionales tras el comunismo.

-¿Qué opina de que en España siga habiendo calles y monumentos dedicados a militares franquistas de la Guerra Civil?

-Creo que no hubo una catarsis en España. Tras la muerte de Franco no se revisó lo que pasó, las divisiones permanecieron bajo la superficie y persiste una falta de memoria. En Alemania sería imposible.