Larga vida a la música en directo

g. n. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El concierto número 1800 de la sala coruñesa Mardi Gras certifica la salud de los locales gallegos, con los veteranos La Iguana, Filloa, Clavicémbalo, Garufa, Latino, Dado Dadá y el puntero Capitol

11 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La música en directo es un bien en Galicia que en muchos momentos se vio amenazado por el peligro de extinción. Hoy, un puñado de voluntariosos locales mantienen viva la llama y atienden profesionalmente a sus fieles.

Mardi «hasta que aguante»

El pasado jueves la sala Mardi Gras de A Coruña celebró su concierto número 1800. Lo hacía con un cartel integrado por los británicos Bronco Bullfrog y los coruñeses Fogbound. El doblete simbolizaba perfectamente lo que supone este espacio: una plataforma para esas bandas nacionales e internacionales que, de otro modo, difícilmente podrían actuar por estos lares. Así lleva siendo desde 1999. Y así seguirá. «Hasta que yo aguante», afirma Yolanda Vila, su responsable, que considera el local como «un clásico perdurable». Por su escenario han pasado clásicos como Buddy Miles o Mick Taylor. Debutó allí Xoel López con su proyecto Deluxe o se mostraron al mundo los maqueteros Triángulo de Amor Bizarro. Y muchas de las bandas que arrasan ahora en festivales, como Sidonie o Lori Meyers, hicieron en ella sus primeras escalas gallegas. Todo ello sin olvidar a nombres fetiche suyos como Dan Baird, Eric Sardinas o The Steepwater Band. «Los artistas ya nos conocen y saben que la sala suena bien, que se trabaja serio y que hay buen ambiente. Yo siempre dije que del prestigio no se come, pero el prestigio nos está ayudando mucho», señala Vila. Mardi Gras es un símbolo del ambiente roquero en A Coruña, aunque cuando empezó ya funcionaban tres clásicos que aún perviven y con una salud de hierro: Playa Club, Filloa y Garufa. Los dos primeros siguen programando, respectivamente, pop-rock y jazz de excelente nivel. El Garufa, un local fundado en 1992, se desdobló recientemente en el Garufa Club, con una programación ecléctica que es una plataforma clave para los principales músicos gallegos y una ventana abierta (con conocimiento y sin prejuicios) a los sonidos foráneos. Además, en los últimos tiempos se han sumado Le Club y Filomatic y el mes pasado abrió sus puertas Pelícano (con un aforo de 3.000 personas).

La Iguana, 25 años

Hablar de música en directo en Vigo significa titular con La Iguana Club; no en vano, lleva activo 25 años. El escenario de la catedral viguesa del rock ha visto empezar a grupos de fama mundial, como Green Day y Offspring. Pero la sala de la calle Churruca no es el único espacio nocturno que tiene programación estable. La Fábrica de Chocolate, Radar o Master Club ofrecen conciertos de jueves a sábado casi todas las semanas del año. El escenario de El Ensanche es una parada regular de la banda del Gran Wyoming, mientras que salas como El Contrabajo y La Pecera combinan los conciertos de grupos locales con otros del circuito nacional. El acústico tiene su escenario en La Casa de Arriba. Sin embargo, en las últimas semanas, la ciudad lamentó dos bajas en su parrilla musical nocturna: Charenton Club y Xancarajazz. Mientras la primera era una recién llegada, la segunda era el gran referente jazzístico de Vigo. Las denuncias vecinales acabaron con ambas.

Clavi, jazz y más

El Club Clavicémbalo de Lugo cumple ahora 30 años de historia, con más de dos mil actividades musicales y artísticas a sus espaldas. Su origen en 1986 pasa por la rúa Ancares y desde agosto de 1995 está en Paxariños. El local tiene en su gen el gusto y la promoción por el jazz, pero es algo más. Siempre apostó por la música de calidad en directo, y por su escenario han pasado importantes artistas de todos los estilos: Lucrecia, Marc Miralta, Chano Domínguez, Jerry González, Jorge Pardo, Javier Krahe, Abe Rábade, Paco Charlín, Javier Ruibal, Albert Pla, Carmen París, Berrogüetto o Violadores del Verso. Este mismo mes tiene en su programación actuaciones de Leo Minax (día 23) o Kepa Junkera (28). Pero el Clavi, como se le conoce popularmente, es algo más que música: un punto de encuentro de poetas, pintores, humoristas, magos, compañías de teatro y cualquier persona que tenga inquietudes creativas, siendo desde hace lustros la referencia del arte en la noche lucense. Y, por supuesto, en el Clavi se viven noche de cafés, whisky, mojito, irlandés o cualquier otro brebaje que irá acompañado de charlas, debates y excelente música.

Capitol, capital

La compostelana Sala Capitol, que en otro tiempo fue un cine, no solo se ha convertido en un referente para los conciertos en la ciudad desde su creación en el 2003, sino que también atrae a público de otros puntos de Galicia. Su aforo de 800 personas y su equipo técnico, junto con su buena acústica, constituyen un atractivo que no pasa desapercibido ni a los promotores de conciertos ni a los propios aficionados. A partir de ahí, la programación concita diversos estilos, más ligados al pop-rock, pero también con bandas de culto con que tratan de llegar a diferentes públicos. En Santiago, otro de los locales con tradición es el Dado Dadá, un café que abrió en 1980 y, pioneramente, ha convertido el jazz en su gran seña de identidad. A la presencia de bandas de referencia unió desde hace dos décadas la celebración de jam sessions, que fueron incluso el germen para la creación de nuevas formaciones jazzísticas. Por su parte, la música tradicional tiene su mítico templo en la Casa das Crechas, que en marzo sopló las 29 velas y que hace mucho tiempo que se ha convertido en plaza obligada para las formaciones folk.

Karma, primera década

Promoviendo todo tipo de conciertos, tanto de artistas consagrados como noveles, nacionales o internacionales y, por supuesto, bebiendo de la cantera de grupos locales, la pontevedresa sala Karma se ha hecho un hueco en la programación gallega. Hace un año, desató la polémica al quejarse de la escasa querencia de los músicos locales a asistir a conciertos. Es más, anunció que reduciría (su consolidada) programación. Pero las aguas se han calmado y Karma acaba de cumplir una década de vida en plena forma.

Ourense, del templo de jazz de la capital a los rincones de Sandiás y Vilar de Santos

Ourense cuenta con una oferta en materia de conciertos que pivota entre el Café Latino (un referente del jazz en Galicia) y la programación semanal y de temporada de los locales con mayor oferta a lo largo del año. Destacan la Sala Berlín y el Café Cultural Auriense, con citas prácticamente todas las semanas (y, en alguna ocasión, con más de una). El Café & Pop Torgal marca la pauta en la escena indie, siendo el pequeño local donde recalan los conciertos de los ciclos que patrocina Estrella Galicia, además de apuestas ya consolidadas de este espacio como el ciclo American Autumn o el Voces Femeninas. El Latino mantiene viva su bien ganada fama de templo del jazz y a los festivales anuales suma cada semana la actuación del pianista carballiñés Alfonso Medela -todos los jueves ofrece un recital, con un programa específico, y cada dos semanas cuenta con un invitado: para la última cita contó con el portugués Manuel Linhares como compañero del Cuarteto de Alfonso Medela-. En la ciudad también se ha consolidado El Pueblo, con sus dos años recién cumplidos, y en la provincia destacan experiencias de gran valor como A Corte dos Bois, un pequeño local restaurado en Santa Ana, un pequeño pueblo de Sandiás de apenas veinte vecinos, y A Arca de Noe, en Vilar de Santos. Ambos combinan sus propias propuestas con la oportunidad que suponen artistas que vienen a Ourense y que, al día siguiente o anterior, repiten en estos locales.

Súper 8

La Súper 8 es una sala de conciertos de referencia -y no solo para Ferrol- obra del cineasta Rubén Coca, que regresó a su ciudad natal con una agenda repleta de contactos que le permite elaborar una programación cuidada: de jueves a sábado se han pasado músicos como Miguel Costas o el añorado Javier Krahe, que no perdonaba su visita anual. La sala cobra entradas casi simbólicas y ofrece muchas sesiones gratuitas, algunas también alrededor del humor de los monologuistas y otras con el formato del tributo musical. No lejos, el Bla, Bla trata de emular esta actividad gracias a colaboraciones con el ciclo Sons de Estrella Galicia, que también recala en la Súper 8.

Esta información se elaboró con las aportaciones conjuntas de Javier Becerra (A Coruña), Jorge Lamas (Vigo), Montse García (Santiago), Suso Varela (Lugo), Bea Abelairas (Ferrol), Xosé Manuel Rodríguez (Ourense) y Serxio Barral (Pontevedra).