«Hay que adaptarse a los tiempos y enganchar al lector en veinte páginas»

Cinco meses le bastaron a Carlos Montero para poner sobre el papel El desorden que dejas, su segunda novela y la que le ha colocado como uno de los escritores españoles de moda tras alcanzar el premio Primavera, dotado con cien mil euros y que cuenta con ganadores tan ilustres como Juan José Millás, Rosa Montero o Lorenzo Silva. El jurado eligió su narración entre las casi novecientas piezas presentadas «por la creación de unos personajes verosímiles y cercanos envueltos en una trama vertiginosa». Soltero, aficionado a leer, al cine y a salir con los amigos, Montero ha sido guionista de series televisivas de éxito como Física o química y El comisario, además de haber firmado otra novela, Los tatuajes no se quitan con láser.

-¿Hasta qué punto ha influido su formación como guionista en el desarrollo de la novela?

-Básicamente, en la rapidez para escribir. Encontré el inicio -un anónimo recibido por la protagonista con la pregunta '¿y tú cuánto tiempo vas a tardar en matarte?'-, un misterio con muchas preguntas sin responder, y me lancé. Me gusta escribir sin final, contestando a esos interrogantes. Esa necesidad de saber te genera ansiedad y esa ansiedad es la que te lleva a escribir rápido. Lo difícil es llegar a un epílogo satisfactorio. Y creo que el de El desorden que dejas lo es.

-Dice el jurado que la trama es vertiginosa. Y el arranque, muy cinematográfico.

-Suelo decirles a mis amigos escritores que es necesario adaptarse a los nuevos tiempos, al iPad, a las descargas. Ahí te dan las veinte primeras páginas gratis, y si no enganchas al lector, nadie se lo descarga. Yo mismo soy así. No tenemos mucho tiempo y lo que lees te tiene que generar una satisfacción. Si lo piensas, veinte euros [el precio de su novela es de 19,90 euros] es mucho, pero si te genera esa sensación de satisfacción será un desembolso pequeño.

-¿Qué tiene de gallega su obra?

-Además de estar escrita por un gallego de Celanova, tiene el toque gallego, no solo en el ambiente y la climatología, sino también en un ambiente melancólico y rodeado de secretos que pocas veces se quiere que trasciendan pero que acaban teniendo consecuencias dramáticas para quienes los guardan.

-¿Por qué ha elegido un colegio para ambientar un «thriller» psicológico?

-Estaba muy documentado de mi etapa en Física o química. Y me apasiona escribir sobre la tardoadolescencia. Me parece una etapa fascinante de la vida en la que te enfrentas contra todos los problemas a pecho descubierto, con mucho desconocimiento pero a tope de ilusión. Y esa osadía ofrece la posibilidad de construir muchos personajes atractivos.

-De su novela también se deduce cierta crítica hacia el uso que se hace de las redes sociales.

-Es que está cambiando el concepto de intimidad. Muchos dicen que las redes sociales nos roban la intimidad. Mentira. Nosotros mismos somos los que nos exponemos sin precaución alguna, porque queremos que nuestros amigos sepan dónde estamos y qué hacemos. Yo mismo soy un usuario compulsivo, diría que adicto incluso. Pero no es una crítica, solo pretende ser una reflexión.

-«El desorden que dejas» huele a recreación cinematográfica.

-Cuando la escribí no pensaba en ello, pero es obvio que mi influencia profesional hace que se incluyan giros espectaculares y ambientes recreables. La verdad es que me gustaría que alguien la hiciera cine, no sé si en una miniserie o en una película.

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