La próxima semana el artista actuará en Vigo y A Coruña junto a la Orquesta Gaos, dando una nueva vida sinfónica a sus temas
11 mar 2016 . Actualizado a las 11:54 h.Raphael tenía un sueño: poner sus canciones sobre el inmenso colchón musical de una orquesta sinfónica. Lo logró y quedó encantando. Tanto que diseñó una gira para llevar la experiencia a mil y un rincones con diferentes formaciones. En Galicia, con la Orquesta Gaos. «No sabes la gran sorpresa que me he llevado viendo la cantidad de grandes orquestas sinfónicas que hay en nuestro país», dice el artista. Se trata de una charla telefónica con tiempo tasado. Él habla despacio, recreándose en el silencio. Y su agente apremia al entrevistador.
¿Cómo son de épicas ahora las ya de por sí épicas piezas de Raphael? «La orquesta revaloriza las canciones de un manera grandiosa. El Qué sabe nadie cantado por mí con una sinfónica te lleva a unos momentos de clímax impresionantes», afirma. Y eso se nota abajo: «Es una fiesta ver al público. Como yo te amo o En carne viva son piezas tan sinfónicas que en este formato encuentran su vía perfecta» de expresión.
Se trata de la nueva vuelta de tuerca de uno de los artistas más singulares y carismáticos de la música nacional. También querido hasta la adoración. Solo hay que asistir a uno de sus conciertos para comprobarlo. «Cuando termino un concierto yo digo: ¿Y mañana, qué? ¿Se repetirá todo eso de la gente aplaudiéndome? La gente que tiene ese concepto de la disciplina jamás se deja llevar por la vanidad. Yo no tengo que sobrevalorarme porque ya lo hace la gente», reflexiona.
Da la sensación, por momentos, de temer al vacío. «No, para nada, tengo una familia maravillosa y los pies en la tierra». ¿Y hay mucha diferencia entre el Raphael del día a día al animal de escenario que se ve en sus conciertos? «No, es el mismo». ¿Es tan exagerado en su vida normal? «Bueno, lo que tú llamas exagerado yo lo llamo pasional. Estoy ilusionado con mi carrera y lo demuestro. No soy nada parco. Si tengo que gritar, grito. Si tengo que reír, río. No me dejo nada en la trastienda. Puede que alguien del público me vea así, pero bendita exageración, en todo caso. Yo lo que no soy es un soso. Eso nunca».
Raphael se alimenta del aplauso. Pero también del silencio: «A veces es tan bonito como el aplauso. Cuando te sientes escuchado de manera exagerada, que puedes oír el vuelo de una mosca, es maravilloso». Artista todoterreno, igual actúa en un auditorio al uso como en un festival indie de corte juvenil. En donde no ha caído aún es en el nuevo trampolín musical nacional, hacer de coach en un programa televisivo: «Me lo han ofrecido. No, yo no puedo juzgar lo que es lo bueno y lo malo. Me abstengo totalmente de eso. No podría hacerlo». Al poco, su agente advierte: el tiempo se ha terminado.
Entradas desde 30 euros
La gira Raphael Sinphónico, que impulsa Cávea Producciones en Galicia, llegará a Vigo el próximo viernes, en el Auditorio Mar de Vigo. El sábado estará en A Coruña, en el Palacio de la Ópera. Las entradas cuestan desde 30 euros.