Cineastas octogenarios: perseverancia, agilidad y lucidez tras la cámara

MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ

CULTURA

Keith Bernstein

El director Andrzej Wajda estrenará «Powidoki», y Clint Eastwood, «Sully», con Tom Hanks

05 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque la biología se haya mostrado insólitamente generosa con el portugués Manoel de Oliveira -falleció el pasado abril a los 106 años, solo semanas después de haber estrenado su corto Um scola de energia-, la pesadilla vivida por David Lean por causa de la edad parece hoy cosa afortunadamente superada. Lean, autor de Lawrence de Arabia (1962) y Doctor Zhivago (1965), ambas rodadas en España, tenía la financiación asegurada para regresar a Almería en 1991 y filmar Nostromo sobre la novela homónima de Joseph Conrad. Pero las compañías aseguradoras le negaron apoyo a causa de sus 83 años, pese a que había puesto fondos propios en la producción y hasta contaba con un director suplente, su paisano Guy Hamilton. Su fallecimiento en abril de ese mismo año se relacionó con la enorme frustración personal que esta situación le ocasionó.

Poco tiempo antes, después de Aquí un amigo (1981), Billy Wilder se negó en redondo a pasar por esa humillación y abandonó el cine. Tuvo mejor suerte su coetáneo John Huston, que murió sujeto a una bombona de oxígeno, muy poco después de concluir Dublineses (1987), adaptación del relato de James Joyce y una de sus obras mayores. Es el rostro cruel de un sistema que parece haberse suavizado, como lo demuestra Woody Allen, que, pasados los 80, sale a un filme por año, y ya está posproduciendo el próximo junto a una serie televisiva para el gigante Amazon.

Desde Italia, los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, 85 y 87 años, respectivamente, acaban de estrenar Maraviglioso Boccaccio, drama histórico ambientado en la Florencia del siglo XIV. Su paisano Ermanno Olmi, con otros 85, estrenó en el 2014 el largometraje Volverán los prados y hace pocos meses el corto Il planeta che ci ospita. Francia aporta un puñado de nombres a esta añosa nómina, comenzando por el carismático Jean-Luc Godard, también con 85 frágiles años, y que en el 2014 presentó la película en 3D Adiós al lenguaje, y meses después el realizador franco-suizo terminó el corto documental Prix suisse, remerciements, mort ou vif. Camino de los 83 van Jean Becker -hijo del mítico director Jacques Becker-, que en el 2014 rodó Unos días para recordar. Y también Costa-Gavras, actual presidente de La Cinémathèque Française y que estrenó Le Capital en el 2012 y trabaja ya en nuevos proyectos. Hace apenas un mes fue investido en Madrid doctor honoris causa por la Universidad Complutense. Su coetáneo Roman Polanski no le anda a la zaga: acaba de participar como actor en The Stalking Moon (2015) de Domenico A. Galloro, no mucho después de estrenar La venus de las pieles (2013). A punto de irse a los 80 está el incansable Claude Lelouch, que filmó en el 2015 la comedia Un plus une.

En la segunda quincena de enero se fueron dos gigantes de la cinematografía europea, el italiano Ettore Scola (con 84 años) y el francés Jacques Rivette (87).

Ya en el lejano Japón, Yoji Yamada, con 85 años, estrenará la comedia Kazoku wa tsuraiyo.

Portabella y Saura

Entre los españoles, Pere Portabella, a sus 87 años, acaba de hacer el documental Informe general II. El nou rapte d?Europa -lo estrenó hace solo unas semanas en el Festival de Róterdam, y cuarenta años después de su primer Informe general- y Carlos Saura, con 83, rueda el documental musical La jota mientras prepara la ficción 33 días, con Antonio Banderas, Gwyneth Paltrow (Dora Maar), Bárbara Goenaga e Imanol Arias, sobre el tiempo que Picasso (al que encarna Banderas) tardó en pintar el Guernica tras rechazar inicialmente el encargo de la República para que elaborara un mural.

Son mejores y son veteranos

Detrás de la cámara, el decanato lo ostenta el maestro polaco Andrzej Wajda, que a sus 90 años presenta el filme Powidoki, biopic del pintor Wladyslaw Strzeminski, represaliado por el régimen comunista. Dos años antes estrenó otro sobre su amigo Lech Walesa, Walesa. La esperanza de un pueblo. Le sigue el incansable e incombustible Clint Eastwood, que, con 85 años, y después de arrasar las taquillas con El francotirador (2014), ya tiene en posproducción Sully con Tom Hanks en el papel del piloto Chesley Sully Sullenberger, que logró aterrizar su avión de pasajeros sobre las frías aguas del río Hudson, en enero del 2009, milagro que hizo posible que se salvaran sus 155 ocupantes. Llegará en septiembre, cuando el cineasta ya estará inmerso en los preparativos de The Ballad of Richard Jewell, con Leonardo DiCaprio y centrado en la historia del guardia de seguridad que en 1996 impidió una tragedia en los Juegos Olímpicos de Atlanta.

Alejados de la dirección, pero bien presentes en las películas, hay otros veteranos en envidiable forma creativa. Es el caso del compositor italiano Ennio Morricone, que a sus 87 años acaba de alzarse con el Óscar a la mejor banda sonora por la última cinta de Quentin Tarantino, el wéstern Los odiosos ocho -que había obtenido previamente el Globo de Oro-. En el 2006 ya había merecido una estatuilla honorífica por toda una brillante y larguísima carrera. Igual de activo se mantiene John Williams, que con 84 años acaba de poner música al séptimo episodio de la popular y exitosa saga Star Wars, El despertar de la fuerza.

En cuanto a actores y actrices todavía bajo los focos, que superan los 80 o están a punto de hacerlo, la nómina se hace muy nutrida. Entre ellos, nombres como los de Christopher Plummer, Michael Caine, Bruce Dern, Robert Redford, y entre las mujeres, Eva Marie-Saint, Debbie Reynolds, Tippi Hedren, Shirley McLaine, Maggie Smith, Judi Dench, Julie Andrews y Joanne Woodward.