El Concierto de Año Nuevo, en su ánimo festivo y jovial, incorporará al Coro de los Niños Cantores
31 dic 2015 . Actualizado a las 04:00 h.«El concierto de los conciertos», como lo ha definido Mariss Jansons (Riga, Letonia, 1943), encargado de dirigir por tercera vez a la Filarmónica de Viena en su tradicional cita de Año Nuevo, comenzará puntual a las 11.15 horas, desde la Gran Sala Dorada del Musikverein, en la capital austríaca. Y no es que la música que vaya a sonar sea precisamente la más exquisita, el propio Jansons reconoce que el programa no podría compararse con una sinfonía de Mahler o de Brahms, pero su dimensión internacional -más de 50 millones de espectadores en todo el mundo lo verán- unido a su carácter festivo, de celebración de la vida, lo convierten en el rey indiscutible de las citas con la música clásica.
Después de un año particularmente sombrío (baste recordar que el papa Francisco ha afirmado que vivimos la Tercera Guerra Mundial), más allá de todo padecimiento, amenaza o crisis, la música volverá a ejercer de antídoto. La «aspirina del alma», como la denominaba Beethoven, redoblará esta vez su efecto terapéutico con un programa confeccionado para el optimismo. Nunca se habían reunido en los últimos años tal número de piezas de carácter tan abiertamente jovial como este, quizá para advertir sobre la conveniencia de pasar página, de sonreír aunque sea brevemente durante la levedad del Galope del suspiro hasta convencernos de que la vida puede merecer la pena.
En su 75.º aniversario, el concierto recurrirá a obras como las polcas El tren del placer y Fuera de control, de Johann y Eduard Strauss, respectivamente; la obertura de Una noche en Venecia, del primero, o la novedad del vals España, de Émile Waldteufel, para alejar a los malos espíritus -es curioso cómo en otros países lo español se asocia con el disfrute cuando somos una nación intensamente cainita, como ya vio Goya.
Quizá para hacerse perdonar sus orígenes vinculados al nazismo, que puso en marcha este concierto en 1939 como un elemento más de la propaganda del Tercer Reich (pese al pasado judío de algunos miembros de la familia Strauss), la cita situada en el primer día del año, cuando todo parece aún por hacerse, se ha convertido en una oportunidad para sugerir la posibilidad de entendimiento a través del único lenguaje universal, salvo para ese yihadismo que equipara el sonido del violín con la voz del diablo. De ahí los guiños que a veces se incluyen en su programa a algunos acontecimientos o instituciones señaladas. El de esta convocatoria comenzará precisamente con un homenaje a la ONU ante la proximidad de la conmemoración de la primera Asamblea General de este organismo, que tuvo lugar el 10 de enero de 1946 en Londres. Para recordarlo, el concierto arrancará con la Marcha de las Naciones Unidas de Robert Stoltz, notable autor de algunas canciones de melodía pegadiza.
Si como bien sabía Felipe V -que todas las noches se hacía curar sus accesos de melancolía con las arias del castrado Farinelli- el canto espanta toda depresión, esta vez también se ha recurrido a la voz, ausente de la cita desde hacía bastante tiempo. Herbert von Karajan, mentor de Jansons, ya había invitado para el mejor concierto de Año de Nuevo de la historia a la soprano norteamericana Kathleen Battle. Fue en 1987. Esta vez, Alegría del cantante, una polca francesa de Johann Strauss, y Viaje de vacaciones, de Josef, contarán con la intervención de Los Niños Cantores de Viena.
Lo que no cambiará es la tradición impuesta a partir de 1958, cuando el primer violín de los filarmónicos vieneses, Willi Boskovsky, ejercía de inefable maestro de ceremonias. Agotado el programa oficial, llegarán tres propinas. La primera podemos anticipársela: A toda prisa, una polca rápida (aunque aquí parece redundante) de Johann Strauss. El resto ya se lo saben hasta los habitantes de la tundra ártica, como diría José Luis Pérez de Arteaga, el puntilloso y siempre entretenido comentarista musical de RTVE. Y si no se lo imaginan, es que nunca habrán visto o escuchado uno de estos conciertos. Así que razón de más para que mañana se curen la resaca sintonizando La 1, Radio Clásica, Radio Exterior, y RTVE.es. Su hígado no opinará, pero el corazón quizá lo agradezca.
Día 1, a las 11.15 horas
Concierto en directo en La 1. Comentado por el experto José Luis Pérez de Arteaga, será emitido por La 1, TVE Internacional Europa, Radio 5, Radio Exterior, Radio Clásica y RTVE.es
Programa del concierto
Primera parte
Robert Stolz: Marcha de las Naciones Unidas
Johann Strauss: Vals del tesoro (Schatz-Walzer), op. 418
Johann Strauss: Violeta (Violetta), polca francesa, op. 404
Johann Strauss: El tren del placer (Vergnügungszug), polca, op. 281
Carl Michael Ziehrer: Chicas de Viena (Weaner Madl?n), vals op. 388
Eduard Strauss: Con franqueo adicional (Mit Extrapost), polca rápida, op. 259
Receso
Durante la pausa, la televisión austríaca ORF emitirá imágenes sobre la región de Salzburgo para recordar que en el 2016 se cumplen 200 años de su incorporación definitiva a Austria
Segunda parte
Johann Strauss: Obertura de Una noche en Venecia (Eine Nacht in Venedig)
Eduard Strauss: Fuera de control (Außer Rand und Band), polca rápida, op. 168
Josef Strauss: Música de las esferas (Sphärenklänge), vals, op. 235
Johann Strauss: Alegría del cantante (Sängerslust), polca francesa, op. 328, con el Coro de Los Niños Cantores de Viena
Josef Strauss: Viaje de vacaciones (Auf Ferienreisen), polca rápida op. 133, con el Coro de Los Niños Cantores de Viena
Johann Strauss: Princesa Ninetta (Fürstin Ninetta)
Émile Waldteufel: España, vals, op. 236
Josef Hellmesberger padre: Escenas de Baile (Ballszene)
Johann Strauss padre: Galope del suspiro (Seufzer-Galopp), op. 9
Josef Strauss: Libélula, polca mazurca, op. 204
Johann Strauss: Vals del emperador (Kaiser-Walzer), op. 437
Johann Strauss: De caza (Auf der Jagd), polca rápida, op. 373
Propinas tras el concierto
Johann Strauss: A toda prisa, polca rápida, op. 348
Johann Strauss: El Danubio azul (An der schönen blauen Donau) vals, op. 314
Johann Strauss padre: Marcha Radetzky