Cuatro tomos reunirán los ensayos y artículos de Rafael Sánchez Ferlosio

miguel lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Fernando Alvarado | EFE

«Altos estudios eclesiásticos» retrata al escritor cuando en 1955 renegó de su éxito

11 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando un clérigo da lugar a un escándalo se aparta del mundo discretamente y se dice que lo hace para dedicarse a «altos estudios eclesiásticos». A este eufemismo recurrió Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 1927) cuando en 1955 se apartó del mundo literario y renegó de su éxito. Abominaba de Alfanhuí y de El Jarama, y pretendía apartarse de los focos. «Durante 15 años me sumergí en la gramática y la anfetamina», explica el gran narrador y ensayista que huyó, sí, del «grotesco papelón del éxito» literario sin dejar de escribir como un poseso atiborrado de anfetaminas. «A mí no me hizo falta ningún obispo que me retirase, sino que me bastó con el inmenso genio de Karl Bühler -autor de Teoría del lenguaje- y la irresistible sugestión teórica y expositiva de su obra para retirarme de la circulación y dedicarme a los ?altos (o bajos) estudios gramaticales? durante quince años. Nunca me lo he pasado mejor», explicó el propio Ferlosio en La forja de un plumífero, su único texto netamente autobiográfico.

Ensayos I. Altos Estudios Eclesiásticos (Debate) es el primero de los cuatro volúmenes que en el próximo año y medio recogerán todos sus ensayos y artículos. Son la punta del iceberg de las decenas de miles de páginas que a caballo ente la gramática, la filosofía y la política escribió Ferlosio, premio Cervantes 2004 y tenido hoy por el prosista y ensayista más capaz y brillante de las letras españolas. Son los escritos de su «época gloriosa» y «no deberían asustar», advierte Ignacio Echevarría, crítico y editor de las cuatro entregas. «Sánchez Ferlosio es un excelente gramático que nunca actúa exclusivamente como tal, sino la que gramática le sirve como marco para otros temas», apunta.