Descubren una obra de Picasso bajo un lienzo de su época coruñesa, «Hombre con boina»

Héctor J. Porto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Quique García | Efe

Una exploración radiográfica, que revela la presencia de dos palomas pintadas, ratifica la decisiva influencia del padre del artista

26 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un programa promovido conjuntamente por la Universitat de Barcelona y el Museu Picasso, enmarcado en el proyecto europeo de patrimonio cultural Charisma, y que trabajaba en el estudio de seis retratos de la primera época de Picasso -mediante las avanzadas técnicas de un laboratorio móvil- con la intención de detallar los materiales que el pintor utilizaba entre 1895 y 1900, descubrió una nueva obra atribuible a Picasso bajo uno de los lienzos analizado: Hombre con boina, que el joven artista realizó cuando todavía vivía en A Coruña, en 1895, cuando contaba solo 14 años. Oculta tras el sombrero del retratado apareció una composición subyacente integrada por dos palomas, una imagen que confirma la decisiva influencia en sus inicios que tuvo su padre, el pintor malagueño José Ruiz Blasco (entonces profesor en la Escuela de Bellas Artes de A Coruña y su primer maestro). Las palomas son un motivo recurrente en Picasso y protagonizan uno de las obras más importantes de su progenitor, El palomar, realizada entre 1891 y 1894. El laboratorio -que permite examinar las distintas capas pictóricas de una tela y los materiales y pigmentos empleados en su confección- sometió a estudio otra obra de la etapa coruñesa, Viejo (también data de 1895), además de los retratos realizados ya en Barcelona Josep Cardona i Furró (1899), Retrato de un desconocido al estilo de El Greco (1899), Carles Casagemas (1899-1900) y Autorretrato con peluca (1900). En el caso de Viejo, los análisis detectaron unas manchas que podrían ser los restos de una composición, aunque queda mucho por investigar, como ocurre con las citadas dos palomas, cuya autoría debe estudiarse con mayor detenimiento y profundidad.

La obra central del proyecto era Autorretrato con peluca, bajo la que surge «un juego de superposición de imágenes que reflejan la plena integración [del artista] en la sociedad catalana». Tras la imagen que lo muestra luciendo peluca blanca, se sitúan varios autorretratos con el pelo negro.

Y uno de los hallazgos más hermosos es el que oculta su Carles Casagemas: una composición de azoteas y tejados de Barcelona (con azul, verde y ocre) que podría ser un paisaje en la línea del que pintó en Horta de Sant Joan.