Los veranos desconectados

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

CULTURA

07 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La sociedad española rinde culto al móvil, adora los smartphones, hiperventila si no tiene buena cobertura y lo pasa mal, muy mal, cuando se va de vacaciones y, ya en el lugar de destino, se da cuenta de que, horror, no hay una red wifi abierta a tiro.

En la era de la movilidad, parece difícil renunciar a la ración diaria de notificaciones, wasaps, tuits, posts de Facebook, fotos de Instagram, vídeos de Youtube o canciones de Spotify. Pongamos que logramos prescindir de ellos durante un mes. ¿Pero podemos dejar de consultar la predicción del tiempo en aplicaciones como la de Aemet? ¿Y no buscar restaurantes en Tripadvisor? ¿O no intentar encontrar un camino con los mapas de Google...? Ya no sabemos vivir desconectados. Eso, como la fama, cuesta. Y consume megas, con avidez.

La mayor parte de los consumidores disponen usualmente de uno o dos gigas al mes. Sin el soporte de otras conexiones, no llegan a nada. Y más con el despliegue de las veloces y voraces redes 4G. Es cierto que las compañías permiten ampliar la capacidad, pero hay que rascarse el bolsillo. Más que en otros países.

Se nota en las tarifas. Las llamadas dejaron de ser prioritarias. Lo que importa hoy y lo que será fundamental en el futuro son los datos. ¿Serán cada vez más caros?