Las cartas de Unamuno, al descubierto: «Yo soy yo, como cada quisque»

Carmen Sigüenza EFE

CULTURA

Una exposición muestra 40 misivas, 30 de ellas inéditas, del autor vasco que fue símbolo de la generación del 98

09 jun 2015 . Actualizado a las 23:30 h.

«Yo soy yo, como cada quisque, género aparte...» Esta frase se la escribió Unamuno al crítico Fernández Villegas en una de las 40 cartas, 30 de ellas inéditas, que desde este martes se muestran en la Biblioteca Nacional y que descubren la compleja personalidad íntima, política y creadora del filósofo.

«Yo, Unamuno» es el título de la exposición, coorganizada por la Universidad de Salamanca y la Biblioteca Nacional, institución que custodia más de cien cartas autógrafas de este autor vasco, símbolo de la generación del 98, de las cuales ahora se muestran estas 40. Una exposición que ha sido comisariada por Colette y Jean-Claude Rabaté, quienes han explicado, durante la presentación, cómo a través de las miles de misivas que escribió el autor de «Niebla» se descubre la historia de España en paralelo a la intimidad del poeta, y también su desaliento.

Se calcula que el escritor, ensayista, poeta y periodista (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) escribió más de 40.000 cartas, un material no incluido hasta el momento en sus «Obras Completas», editadas por Ricardo Senabre. «Estas Obras Completas hasta hoy han estado incompletas, porque el epistolario no está y es inmenso. En las cartas se ve al que fue el gran intelectual español del primer tercio del siglo XX», ha explicado Jean-Claude Rabaté, quien junto a su esposa está preparando la publicación de estos escritos.

Un proyecto que constará de unos ocho volúmenes y que publicará la Universidad de Salamanca. El primero de ellos saldrá este año con 300 cartas de la época de juventud del escritor: desde sus 14 años, enamorado ya de Concha Lizárraga, su esposa, hasta 1900. Entre las piezas mostradas en la exposición destaca De Fuenteventura a París: diario íntimo de confinamiento y destierro vertido en sonetos (1924-1925), autógrafo con correcciones que abarca 117 hojas y emblemático ejemplo de la conjunción entre escritura de confesión y creación literaria.

También tiene especial importancia en la muestra el borrador autógrafo de El Otro. «Se trata de una pieza muy importante, redactada en un cuaderno de colegial francés. Unamuno incursiona en el yo de los demás, y algunos estudiosos ven en este manuscrito el conflicto continuo que Unamuno tuvo con su hermano Félix durante toda la vida», explican los comisarios. «El drama del El Otro se refiere en realidad al drama familiar, al enfrentamiento entre Caín y Abel, al de las dos Españas», precisan.

También se exhiben las cartas desde el destierro, el exilio, entre 1924 y 1930, con un Unamuno desesperanzado, con «odio» hacia los políticos y militares y angustiado por los problemas familiares. Unas cartas adquiridas por la Biblioteca Nacional que, en opinión de la pareja de comisarios, constituyen una pieza «única» que consta de más de un centenar de sonetos, compuestos sobre todo en el destierro en Fuerteventura y en París.

Todo un material que muestra a un Unamuno «ególatra pero fiel a sus amigos. En estas cartas inéditas se nota esa fidelidad. También decía que la persona a la que mejor conocía era a él mismo, y de ahí ese proceso de unamunizarse», argumentan los comisarios, el matrimonio Rabaté.

Sus frustraciones como autor teatral por la dificultad con sus textos -«Creo que a la gente le va a costar seguir mis ideas», escribe-; la influencia que tuvo en él el protestantismo liberal alemán; sus críticas a los colonizadores forman también parte de estas cartas.

«Solía escribir entre tres o cuatro cartas diarias. Y solamente en la casa de Unamuno hay veinte mil recibidas. Pero, durante el franquismo, muchos se deshicieron de las cartas que les enviaba el escritor, por miedo», concluyen los comisarios.