Esta edición de Cannes ya tiene su ración de escándalo

AFP

CULTURA

La proyección de «Love», el drama con sexo explícito en tres dimensiones del argentino Gaspar Noé, generó reacciones divididas del público y muy negativas de la crítica

21 may 2015 . Actualizado a las 21:10 h.

El festival de Cannes 2015 tuvo que esperar hasta su recta final para recibir su correspondiente ración de escándalo. Llegó esta vez de la mano del argentino Gaspar Noé con la proyección de Love, un drama con sexo explícito en tres dimensiones que generó reacciones divididas del público y muy negativas de la crítica.

La película relata la historia de amor de una pareja en Francia a través de los recuerdos de un hombre, Murphy (Karl Glusman). Potagonizada también por las actrices Aomi Muyock y Klara Kristin, incluye controvertidas, incluso pornográficas, escenas, con eyaculaciones en primer plano, tríos y orgías. «Magnífico, muy romántico, es la primera vez que lloro viendo escenas de sexo», indicó a la salida un joven espectador. «Una porquería, vimos la peor película del festival, aburrida y sin historia», comentó otro. El largometraje, que curiosamente cuenta con dos personajes que se llaman Gaspar y Noé, ha sido presentado fuera de competencia por la Palma de Oro en la Sesión de Medianoche, reservada a películas que se salen de los caminos más trillados.

El público aplaudió en la sala, pero la crítica fue devastadora. «Los diálogos no llegan siquiera al nivel de una porno», ironizó el periodista de la BBC Jason Salomons. François Aubel, del matutino francés Le Figaro opinó que Love es un filme de televisión para el sábado de noche «con un argumento penoso». El británico The Guardian calificó al filme de «absurdo, mal actuado y verborrágico».

Gaspar Noé presentó su trabajo como un «melodrama contemporáneo» que «jamás podría haber sido rodado en Estados Unidos». El realizador argentino afincado en Francia no es un novato en este tipo de escándalos. En el 2002 proyectó en Cannes una ultraviolenta película, Irreversible, protagonizada por Monica Bellucci y Vincent Cassel, que incluye una interminable escena de violación. La proyección terminó entonces con el despliegue de varias ambulancias frente al palacio del festival para atender a espectadores trastornados por lo que habían visto en la pantalla. Unas 250 personas habían abandonado la sala. Más de una década después, la reacción fue más bien de indiferencia.

«Hoy en día el sexo explícito está en todas partes», admite Noé. «No se puede luchar contra el mundo actual, sí se puede, en cambio, buscar sanear esta sexualidad convertida en esquizofrenia de la relación amorosa», agrega. Para dar todavía más presencia a sus escenas explícitas, el realizador recurrió a la técnica en tres dimensiones. «Pensé que el 3D daría al espectador un mayor sentido de identificación con el personaje principal y su estado melancólico», explica.

Esta vez, algunos espectadores también abandonaron la sala antes del final, pero la gran mayoría se quedó hasta que terminaron las más de dos horas de película. Los carteles de la película difundidos de antemano en las redes sociales contribuyeron a generar interés por el filme, mostrando lenguas entrelazadas y un pene aún en erección cubierto de semen. «Todo el mundo no piensa más que en una cosa», dice Noe aludiendo al sexo. «¿Por qué los momentos más gloriosos de la vida de cada uno no podrían ser representados? No me parece que haya la menor transgresión en el filme, solo algunas eyaculaciones faciales», comenta el director de 51 años. «No hay nada que no se haya visto en otras partes».

Según Thierry Frémaux, director artístico del festival de Cannes, «Gaspar Noé ha hecho una película que puede gustar o no gustar. La literatura o la pintura abordan la cuestión de la representación de los cuerpos, del sexo, del amor físico. Muy pocos cineastas lo han hecho en 120 años de historia del cine: Bertolucci, Oshima, Bellocchio, Lars van Trier y Gaspar Noé».

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«De todas mis películas, esta es la más cercana a lo que pude conocer de la vida y también la más melancólica», asegura el argentino. Love ya ha vendido los derechos de distribución en Estados Unidos, aunque se desconoce si la película será censurada. «Haremos todo lo posible para proteger esta obra maestra», dijo Brooke Forde, de la distribuidora norteamericana Alchemy.