Jaime Serra lleva al museo MAC la infografía de la vida cotidiana

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

Jaime Serra

El infografista expone desde mañana obras publicadas que ha convertido en piezas de arte en la muestra «Diez historias y un paisaje»

15 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En el primer semestre del 2005 el hijo mayor de Jaime Serra tenía siete años. Como cualquier crío, en sus bolsillos guardaba cada día unos cuantos tesoros, desde un caramelo a un concha, pasando por una piedra, un dado, un botón, un papel o un clavo. Todo lo fue recogiendo Jaime Serra y lo convirtió en datos para una infografía «distribuidos de acuerdo a cuatro conceptos, del interior al exterior: juego, dulce, naturaleza y magia, según el porcentaje de espacio que ocupan los objetos de cada concepto sobre el total», explica ahora a pie de obra. Y es que aquella infografía, aquellos datos, son ahora una historia íntima contada en esta pieza que desde mañana, a las 20.00 horas, podrá verse en el Museo de Arte Contemporánea de Gas Natural Fenosa (MAC), de A Coruña. El título de la muestra de este infografista, que expone por primera vez en Galicia, es Diez historias y un paisaje.

Serra contaba ayer que estas «son historias narradas en primera persona, que ya han aparecido en prensa, donde han sabido encontrar un espacio en medios muy alejados del arte». De todos modos, «la propuesta es claramente artística, este es su lugar natural», argumentaba aludiendo al espacio museístico. Detallaba que cuenta «historias que están fuera de la agenda, muy íntimas y utilizando los datos como la materia prima». Aludiendo a la obra que hizo con los objetos de los bolsillos de su hijo, decía: «Quien tiene hijos lo entiende perfectamente, guardan ese mundo de magia en los bolsillos; salían un montón de cosas que eran como mágicas y las empecé a guardar sin que él supiera que lo estaba haciendo. En aquel momento no eran datos... A mí lo que me importan son las historias, es el sujeto, el individuo».

Otra de las piezas lleva por título Vida sexual de una pareja estable, que explica así: «Narra la vida sexual de tres parejas durante un año, tipificando la frecuencia de sus relaciones íntimas mediante franjas de colores. A su vez, el público puede interactuar introduciendo datos sobre la frecuencia de sus relaciones sexuales en una página web». El autor asegura que esta obra «gusta mucho porque todo el mundo tiene una relación sexual, o no la tiene, o se plantean que tendríamos que hacer lo mismo que hacen las parejas que aparecen en la obra». Y es que las obras expuestas «son historias que nacen de la vida cotidiana y van tomando como cuerpo y forma durante años, sin darte cuenta». Con ellas, lo que siempre busca es «que el espectador pueda verse a sí mismo; estoy trabajando con datos, que se supone que es el súmun de la objetividad, pero en general no aplicamos los datos a un individuo». Tras recordar que el uso de la infografía es algo vinculado a la ciencia, detalla que en su caso la usa «para narrar subjetividades, intimidades; me tomo a mi como sujeto, busco que el otro se pueda sentir identificado...». Por todo esto confiesa: «Me sorprende que aparezcan en los medios de comunicación, esto es periodismo y estoy haciendo arte, pero por su naturaleza funcionan en los dos ámbitos».

La última obra que publicó en la revista francesa Courrier International es la titulada Café a diario: «Tiene una tirada de 250.000 ejemplares y el nivel de difusión es mucho más potente que el de cualquier museo, pero el museo te permite un mayor potencial de expresión». Generalmente, anota, «hay un vínculo que es como una estrategia y lo que expongo: todo salió antes en medios y luego se ha convertido en una pieza expositiva, aunque en algún caso ha sido al revés».

A las diez historias de esta muestra se une una instalación «que actúa como una especie de paisaje en torno a las historias» y en la que aparecen los datos sociales y las gráficas de barras convencionales «de las que se han extraído las cifras».