Cervantes: ¿los huesos o los libros?

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

HO | AFP

La confirmación del hallazgo de los restos del escritor abre el debate entre quienes lo defienden como un homenaje y quienes lo critican por oportunismo comercial

18 mar 2015 . Actualizado a las 08:54 h.

Hace una semana que los investigadores avanzaron que habían dado con los restos de Miguel de Cervantes con casi toda certeza y ayer llegó la confirmación oficial. El equipo compareció para informar de que los diez meses de búsqueda en la cripta de la madrileña iglesia de las Trinitarias han dado como fruto la localización de los huesos del autor del Quijote, sin que pueda haber «discrepancias» sobre ello. Lo que queda de su cuerpo lleva siglos compartiendo lecho funerario con su esposa, Catalina de Salazar, y otras quince personas, seis niños entre ellas. No obstante, el director del proyecto, el antropólogo forense Francisco Etxeberria, precisó que averiguar cuáles de esos huesos pertenecen al escritor es «un imposible», ya que se encuentran muy fragmentados y tampoco existe la posibilidad de comparar ADN con familiares. «No podemos hacer una verificación matemática en términos de certeza absoluta, por eso somos prudentes y al mismo tiempo estamos muy ilusionados. Estamos convencidos de que en esos fragmentos hay algo de Cervantes», añadió.

Ese «algo» ha sido más que suficiente para que el Ayuntamiento de Madrid, promotor de la iniciativa y a la que ha contribuido con 114.000 euros, haya calificado la revelación como histórica. La Real Academia Española también se congratuló y su director, Darío Villanueva, relacionó la importancia del hallazgo con la reparación de un agravio a la talla literaria de Cervantes.

«Cultura de chequera»

Pero desde dentro de la propia RAE también llegaron algunas de las voces más críticas con el proyecto. Francisco Rico, especialista en el Quijote, lo despachó como «una tontería» apoyada por un oportunismo comercial que denominó «cultura de chequera». Su colega Soledad Puértolas afirmó que le importaban «más las obras que los huesos» y José Manuel Caballero Bonald remachó: «No es ni importante ni necesario». El premio Cervantes espera que al escritor no le construyan un mausoleo que represente lo contrario de lo que significaba el homenajeado, como ha ocurrido, a su juicio, con San Juan de la Cruz en Segovia. Algo que el propio Cervantes criticó en un soneto dedicado al túmulo de Felipe II en Sevilla: su grandeza le «espantaba».

Ayuntamiento y Gobierno desean que propicie una «peregrinación»

«Esto beneficia a la historia, pero también a los madrileños». La alcaldesa madrileña, Ana Botella, introdujo un matiz de pragmatismo en una jornada en la que se llegó a preguntar si se le dedicaría a Cervantes un funeral de Estado. Según Botella, no corresponde al consistorio organizar festejos de ese nivel, pero que se asegurarán de que el escritor reciba el reconocimiento que merece su figura. Tampoco se aclaró ayer si los restos se expondrán al público en la iglesia donde reposan, ya que la decisión recae en las Trinitarias y la Real Academia.

A nadie se le escapa el tirón turístico que ofrecen los restos de Cervantes -el museo de su casa natal en Alcalá recibió en el 2014 más de 160.000 visitantes- y su consiguiente explotación crematística. El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, expresó ayer su deseo de que el lugar se convierta en lugar de «peregrinación», algo en lo que coincidió con el portavoz de Cultura del PSOE en el Congreso, José Andrés Torres. Su homóloga de CiU, Montserrat Surroca, fue más explícita, al destacar su atractivo «turístico y económico».

Precisamente la falta de un proyecto definido es lo que han echado en falta los especialistas. El presidente de la Asociación de Cervantistas, el catedrático José Manuel Lucía Megías, valoró el hallazgo como positivo, pero también mostró su «decepción» porque «no se sabe qué se va a hacer al respecto».