Los años gallegos del pintor fueron decisivos en su formación
14 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La conservadora del Museu Picasso de Barcelona Malén Gual es la comisaria de El primer Picasso. A Coruña 2015, la muestra que inaugurarán los reyes el próximo jueves en el Museo de Belas Artes. Junto al comité científico formado por Antón Castro, Rafael Inglada, Elena Pardo, Eduard Vallés y Rubén Ventureira, organiza la que será una de las exposiciones más importantes realizadas hasta este momento del artista malagueño y que recoge su etapa de formación.
-De Picasso se han realizado muchas exposiciones. ¿Qué aporta esta nueva cita al estudio de su obra?
-De pocos artistas puede estudiarse de forma exhaustiva la obra de formación, infancia y primera juventud. Afortunadamente, de Picasso se ha conservado una gran parte de la producción de los primeros años. Esta exposición pretende situar los años pasados en A Coruña en la historiografía picassiana, ya que es un período que ha quedado encapsulado entre la Málaga natal y la Barcelona modernista. Fue en A Coruña donde Picasso empezó a asistir a la Escuela de Bellas Artes y donde pasó de ser un niño con ciertas habilidades para el dibujo a un artista.
-La estancia de la familia Ruiz Picasso en A Coruña pasó por momentos especialmente trágicos, como la muerte de una de sus hijas. ¿Aparece esto reflejado de alguna manera en su obra?
-La muerte de Conchita ocurrió en el de enero de 1895. Hay una pequeña tablilla, presente en la exposición, que refleja la pérdida de la hermana pequeña. Picasso representa el responso por su hermana. También hay otro pequeño óleo que refleja la tristeza de la familia a causa de esa pérdida.
-¿Además de su padre, cuáles fueron las personas que más influyeron en su aprendizaje?
-En su aprendizaje artístico influyeron otros profesores de la Escuela de Bellas Artes: Román Navarro, Antonio Amorós e Isidoro Brocos. A nivel vital, tuvo mucha importancia el doctor Ramón Pérez Costales.
-En la muestra se cotejan algunas de sus piezas con las de autores gallegos de la época, pero cuando Picasso vivía en A Coruña era todavía un adolescente. ¿De dónde procedían tanto esa relación como las posibles referencias?
-Picasso pudo ver la obra de sus maestros, pero tuvo la suerte de poder ver obra de otros artistas en los escaparates de la Calle Real, donde continuamente se mostraban obras de arte.
-¿Y qué piezas destacaría de las más de doscientas que componen esta muestra en el Museo de Belas Artes?
-Destacaría alguno de los dibujos académicos puesto en su contexto, es decir, junto a la lámina que lo inspiró y el molde de yeso. Pero fundamentalmente, las obras del último año: el Retrato de don José, La muchacha de los pies descalzos, El hombre de la gorra, El viejo mendigo, y algunos de los pequeños paisajes, como el de la playa del Orzán.
-A la exposición vienen también obras de madurez cuando ya el artista hacía tiempo que había dejado Galicia y cuando el cubismo se había impuesto en su pintura. ¿Cuál es el motivo de esta presencia?
-Son obras relacionadas temática y conceptualmente con las realizadas en A Coruña. No hemos puesto obras al azar. Por ejemplo, un fauno de 1956 guarda relación con un dibujo académico de 1894 y de igual forma relacionamos una inscripción de los años coruñeses con otra de 1927.
-Por último, como experta en la figura de este artista, ¿realmente cree que fueron, a posteriori, tan relevantes para la trayectoria de Picasso esos cuatro años en la ciudad herculina?
-Yo creo que es en A Coruña donde Picasso despertó: aprendió a dibujar y pintar, pudo callejear y realizar sus primeros paisajes del natural, hizo sus primeras exposiciones y apareció su nombre reseñado en la prensa (siempre con alabanzas), descubrió el amor, tuvo contacto con la muerte... Este modesto éxito prematuro le dio seguridad para luego avanzar en sus experimentaciones y rupturas estilísticas.
malén gual comisaria de la exposición «el primer picasso»
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