Cibrán Sierra desvela en un volumen las claves y la historia del cuarteto de cuerda

xosé manoel rodríguez OURENSE / LA VOZ

CULTURA

Sierra apuesta por una exposición amena y sin tecnicismos.
Sierra apuesta por una exposición amena y sin tecnicismos. santi m. amil< / span>

El Cuarteto Quiroga es una de las agrupaciones de música de cámara más premiada de la nueva generación europea

01 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

A Cibrán Sierra (Ourense, 1979) se le identifica internacionalmente por su reconocido trabajo y la exitosa carrera profesional con el Cuarteto Quiroga, del que es miembro fundador. La formación es una de las agrupaciones de música de cámara más premiada de la nueva generación europea y el cuarteto que mantiene viva la memoria del gran violinista pontevedrés es responsable de la colección de Stadivarius decorados del Palacio Real de Madrid. Inquieto y comprometido, su último proyecto llega en forma de libro. El cuarteto de cuerda: Laboratorio para una sociedad ilustrada (Alianza Música), presentado recientemente en Madrid, es fruto de un arduo trabajo desarrollado por el violinista ourensano durante los últimos cuatro años. Cibrán Sierra se marcó como objetivo acercar la historia, la evolución y los secretos del cuarteto de cuerda al lector, valiéndose de un lenguaje alejado de los tecnicismos y apostando por una exposición amena y atractiva para guiar a quien se acerque a esta obra.

En el repaso de la historia de lo que se considera el gran fenómeno cultural, desde los orígenes del cuarteto de cuerda hasta nuestros días, incide el violinista ourensano en el hecho de que ha sido el medio favorito de los grandes compositores para la experimentación musical y reflexiona sobre «su valor ético, cívico y educativo, como metáfora musical de una sociedad heredera de los valores de la ilustración». En cuatro secciones se estructura la publicación, las que se centran en la historia del cuarteto de cuerda a través de sus compositores e intérpretes, un viaje a la dinámica interna del mismo -cómo se construye una interpretación y se configura su carácter de grupo-; una aproximación a la dimensión social, ética y educativa de esta convivencia musical y una cartografía del panorama de este tipo de formaciones en la actualidad. Sierra aporta una visión lúcida y experimentada que le confiere un valor añadido a la obra.