«En la música tienen que convivir racionalidad e irracionalidad»

césar wonenburger A CORUÑA

CULTURA

Leyenda viva del piano, interpreta en Galicia el «Emperador» de Beethoven

15 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez años después de su debut en Galicia, Maurizio Pollini (Milán, 1942), leyenda viva de pianistas, regresa a la temporada de la Sinfónica de Galicia para interpretar una de las cimas de su adorado Beethoven, el Concierto número cinco (Emperador). Le acompaña su hijo Daniele, director de orquesta, que ayer se puso por primera vez al frente de la formación coruñesa y repite hoy (Palacio de la Ópera, 20.30 horas).

-El «Emperador» le ha acompañado a usted siempre. En los años 70 ya lo grabó con la Filarmónica de Viena y Karl Böhm, nada menos. A lo largo de estos años, ¿cómo ha cambiado su visión de esta obra maestra?

-Y con Abbado ya lo interpretábamos juntos en los años 60, así que casi tengo la impresión de haber nacido con él. Con el transcurrir del tiempo creo -o quizá me haya hecho esa ilusión-, que poseo una comprensión más nítida de la parte íntima de esta obra. Abbado y yo teníamos el proyecto de interpretarlo otra vez para ofrecer una nueva versión completamente distinta del original, pero falleció.

-Y es entonces cuando entra en juego su hijo, Daniele?

-Cierto, le pedí a mi hijo que estudiara la obra para interpretarla conmigo, y de ese modo ofrecer juntos esta visión distinta.

-Hay muchos y célebres pianistas que además son directores de orquesta. Usted dirigió unas representaciones de «La donna del lago» de Rossini en Pésaro, hace ya unos cuantos años, pero no quiso repetir. Esa grabación es hoy, por cierto, una reliquia. ¿Por qué no continuó?

-Aquello fue un experimento, interesante, lo hice con gran placer, pero nada más. Mejorar mi técnica como director para expresar a través de la orquesta lo que yo deseaba hubiera supuesto dejar de lado una buena parte de mi carrera como pianista, y no quise, con pesar renuncié a dirigir.

-Acaba de aparecer publicada, por primera vez, la integral de las sonatas de Beethoven, que ha completado recientemente. Pocos pianistas han grabado tanto como usted, ¿por qué le gustan tanto los discos?

-No soy tan entusiasta como pueda suponer, pero sí creo que los discos tienen una importancia cultural de primer orden. Permiten conservar una idea de la tradición, de la forma de interpretar en el pasado, que resulta del todo enriquecedora. Y fíjese por ejemplo en la música contemporánea, si no fuera por las grabaciones sería muy difícil acceder a determinadas obras que casi no se programan.

-Como oyente, ¿escucha a muchos de sus colegas?

-No escucho discos constantemente, pero sí lo hice cuando era joven. Me fascinaban esos grandes pianistas nacidos aún en pleno siglo XIX por su visión particular de la interpretación, eran tan personales, tan originales?

-Y lo dice uno que es considerado por algunos como un paradigma de la objetividad, del rigor interpretativo?

-No lo entiendo. En la música deben conjugarse, a partes iguales, objetividad y subjetividad, racionalidad e irracionalidad tienen que convivir. El compositor ha escrito algo de una determinada manera, pero yo debo filtrar eso a través de mi propia sensibilidad. Si no siento algo, si no lo hago mío en cierto sentido, no puedo tocarlo.

-¿Por qué hay millones de chinos estudiando piano mientras en Europa los políticos están acabando con la cultura?

-Los orientales siempre han manifestado una enorme fascinación por el arte occidental; en cambio nosotros no hemos entendido que para superar nuestra crisis debemos darle gran importancia a eso mismo, a la cultura, a la ciencia.

-En Italia, su país, y también en España, la cultura atraviesa uno de sus períodos más tristes. Y Renzi, lejos de aportar soluciones, parece querer seguir la senda trazada por Berlusconi. Ya se anuncian huelgas en todos los teatros importantes. ¿Como antiguo militante del Partido Comunista, qué le parece esta situación?

-No quiero entrar en una discusión política directa, simplemente me gustaría que en este aspecto fundamental mi país se comportara de una manera mucho más satisfactoria.

-Con la Sinfónica de Galicia colabora por tercera vez, ¿cómo la ha encontrado ahora?

-En plena forma, es un placer colaborar con esta orquesta.