Joan Manuel Serrat, «ni amo ni rehén» de 50 años de sus canciones

Javier Herrero EFE

CULTURA

Zipi | EFE

El cantautor presenta su nuevo disco «Antología desordenada»

04 nov 2014 . Actualizado a las 19:35 h.

Casi cincuenta años han transcurrido desde que Joan Manuel Serrat apareció por primera vez en público como artista, medio siglo de canciones de éxito de las que no se siente «ni amo ni rehén», razón quizás por la que ha decidido compartirlas con otros artistas en una «antología personal y desordenada».

Como un «director de casting», él mismo llamó a las más de tres decenas de colaboradores a los que le unía «el afecto o, como mínimo, la simpatía» y les entregó el tema que, en su opinión, mejor les cuadraba. «Nadie dijo no», ha dicho hoy Joan Manuel Serrat, que contó, entre otros, con Alejandro Sanz (Romance de Curro El Palmo), Joaquín Sabina (Me gusta todo de ti), Mina (Sin piedad), Miguel Poveda (El meu carrer), Luis Eduardo Aute (Y el amor), Calle 13 (Algo personal), Estopa (Me'n vaig a peu) y Pablo Alborán (Paraules d'amor).

Antología desordenada (Sony Music) se publica hoy con cuatro discos y 50 canciones, tantas como años transcurridos desde que debutara un 18 de febrero de 1965 en el estudio Toreski de Radio Barcelona, y es fruto de un trabajo «muy, muy intenso» que le ha retenido durante nueve meses en el estudio. «No se trata de una recopilación de canciones, sino de una puesta al día de las mismas», ha advertido el músico catalán en una multitudinaria rueda de prensa celebrada en la Casa de América de Madrid para presentar este lanzamiento.

A esa revisión escaparon algunas colaboraciones emblemáticas que, en unos casos, «no mejorarían nada si se volvían a grabar», como Hoy puede ser un gran día junto a Miguel Ríos, Ana Belén y Victor Manuel, o que, en otros, son sencillamente irrepetibles, como el de Mercedes Sosa en Aquellas pequeñas cosas.

La selección se abre con Canço de Bressol y contempla cortes menos conocidos y otros tan célebres como Señora, junto a Dani Martín; Penélope, con Gino Paoli; Cantares, de nuevo con Miguel Ríos; Lucía, con Silvio Rodríguez, o, junto a Lolita, Mediterráneo, considerada en numerosas votaciones como la mejor canción de la música popular española. «No sabría decir cuál es mi mejor canción, porque depende de mi estado de ánimo. A Mediterráneo le tengo mucha estima, entre otras cosas, porque mis canciones populares me han permitido avanzar. No me siento rehén de ellas ni amo. Me gusta que vuelen y que dejen de ser mías», ha asegurado el artista, antes de añadir con humor catalán, «siempre y cuando me sigan pagando los derechos de autor». De su extensísima carrera, lo mejor ha sido «llegar aquí», señala. «Y de lo peor, no me acuerdo», afirma.

No obstante, en el libro que acompaña este lanzamiento sí relata en primera persona momentos duros, como aquella polémica renuncia a interpretar La, la, la en Eurovisión, después de que no lograra convencer a las altas instancias de que le dejaran cantar en catalán. «No era mi lugar. Pensaba que políticamente para el Gobierno era de una gran rentabilidad que lo autorizara, para dar una imagen de tolerancia que en aquel momento no existía. Pero la renuncia no fue lo difícil. Lo difícil fueron los días posteriores para mi familia y para mí», recuerda en una charla con Efe. Relata en el libro que un directivo de RTVE le espetó entonces ante sus deseos: «¿Pero tú quieres ser un cantante internacional o un cantante provinciano?». «Yo me siento provinciano y también un hombre sin fronteras. No puedo tener un vuelo internacional sin estar perfectamente arraigado a un territorio», ha dicho tras reconocerse aún como «un chico de Barcelona», satisfecho de todo lo conseguido haciendo aquello en lo que creía.

¿Y cómo se ve hoy? «Con suma prudencia, porque normalmente no me reconozco, tengo que reconocerme cada día. Me veo también con mucha benevolencia, como trato de ver a los demás, y satisfecho de haber podido hacer en la vida lo que quería hacer y de haber tenido la energía e ilusión para llegar hasta aquí. Me veo críticamente, tratando de corregir aquello que no me gusta», ha aclarado. Además, pronostica que aún le queda «tiempo para divertirse en esto» de la música, al menos mientras pueda y le dejen hacer «la salud, la ilusión y la gente».

El próximo 19 de noviembre recibirá en Las Vegas (EEUU) recibirá el premio «Persona del Año» 2014 de la Academia Latina de Grabación, galardón que acogerá «con gratitud y con alegría». «Los reconocimientos son un acto de cariño y a mí me siguen importando mucho», ha señalado Serrat, que ve «con profundo respeto» decisiones como la de su paisano Jordi Savall de renunciar recientemente al Premio Nacional de Música. «Es un acto que un artista hace en plena libertad de sus derechos», ha dicho.