Madness, la locura llega al Noroeste Pop Rock

Javier Becerra
JAVIER BECERRA A CORUÑA

CULTURA

Tomaron la música jamaicana y la impregnaron de pop y punk en los años setenta. De ahí extrajeron un sonido que ya es un clásico de la música británica del que han bebido decenas de bandas posteriores. Ahora llegan a agitar el festival coruñés

09 ago 2014 . Actualizado a las 20:17 h.

En la parte trasera del punk británico de la segunda mitad de los setenta la música jamaicana extendió sus tentáculos en Inglaterra a través de la inmigración. Se trataba de acelerar el ritmo sincopado original del ska, darle un extra de alegría y servirlo en forma de irresistibles cápsulas pop. Se llamó revival ska y se articuló alrededor del sello 2-Tone. Grupos como The Specials, The Selecter o Bad Manners ondearon esa bandera. Pero, sin duda, el que más lejos llegó comercialmente fue Madness.

Aquella alocada troupe de jovenzuelos descarriados procedentes del barrio de Candem Town dio con la fórmula maestra y desde el minuto uno resultaron un rotundo éxito. Hoy, convertidos en toda una institución de la cultura inglesa, forman parte imprescindible del paisaje pop londinense, al lado de The Who, Sex Pistols, Pet Shop Boys o Blur. Sirva como ejemplo que llegaron a actuar en el 2012 en la terraza del Palacio de Buckingham para celebrar el Jubileo de la reina Isabel. También que fueron reclamados para la clausurar los Juegos Olímpicos de Londres.

Mucho antes de eso Mike Barson (teclado y voces), Chris Foreman (guitarra) y Lee Thompson (saxofón) formaron The North London Invaders allá por 1976. Con el tiempo se unirían a ellos Graham McPherson (voz), Daniel Woodgate (batería), Mark Bedford (bajo) y Carl Smyth (trompeta) y cambiarían el nombre con Madness.

Aunque hayan repartido guiños a la clase trabajadora en sus canciones, en ellos no existe el romanticismo del perdedor. Todo lo contrario. En 1979 lanzaron su primer single, The Price, colándose en el número 16. Meses después el primer elepé One Step Beyond. Resultó un éxito repentino gracias a su tema homónimo. Comandado por un potente saxo, dotando al ska de un ritmo prodigioso y acogiendo voces disparatadas subió como un misil a las listas de éxitos, en las que estuvo ¡78 semanas! Definitivamente, se había dado en el clavo, encontrando al poco de empezar la llave del éxito.

No iba a a ser un grupo de un solo éxito, como muchos de los que los que los acompañan ahora en las radios nostálgicas que giran y giran sobre los setenta y ochenta. En absoluto. El elepé acogía piezas como My Girl, Night Boat To Cario, In The Middle Of The Night o Mummys Boy. Contenían luz, pegada y sentido del humor. Pero sobre todo un sello personal que las hacían trascender del corsé ska hasta crear un género en sí mismas.

En ese sentido destaca un modelo de canción suya - construida en base a oblicuos acordes de guitarra, pianos trotones y empuje de vientos- que se iba a expandir en sus siguientes álbumes. Se pueden encontrar valiosos ejemplos de ello en temas como Embarrassment, It Must Be Love o la celebérrima Our House, llevada al olimpo pop con una deliciosa sección de cuerdas.

El grupo mantuvo terso su sonido hasta 1985, para disolverse en 1987 tras editar el fallido Mat Nod Mad. Sin embargo, en los noventa decidieron retornar a la carga. Y hasta ahora, momento en el que viven toda una segunda juventud. Los espléndidos The Liberty of Norton Folgate (2009) y Oui Oui Si Si Ja Ja Da Da (2012) lo acreditan.

Retorno de Los Eskizos

A Madness les precederá otro retorno: el de Los Eskizos. La banda coruñesa de garage-rock disuelta en 1992. Tras su apoteósico directo de junio, vuelve al escenario en el que dio un directo legendario ese mismo año.