Muere el dios albino del blues, Johnny Winter

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CULTURA

CAPOTILLO

Las causas de su fallecimiento a los 70 años están todavía por esclarecer

17 jul 2014 . Actualizado a las 21:56 h.

Un escalofrío heló el jueves el planeta de la música, al difundirse la mala nueva de la muerte de Johnny Winter, el dios albino del blues.

El legendario guitarrista y vocalista norteamericano, uno de los pilares del blues-rock cuya leyenda se forjó en el festival de Woodstock, falleció el miércoles a los 70 años y en circunstancias de momento no esclarecidas, según confirmaron Jenda Darringer y Rick Darringer, compañeros de banda del «bluesman»

La policía suiza confirmó que Winter murió durante la noche y que la fiscalía ordenó una autopsia, dado que no era evidente la causa de la muerte del guitarrista, de gira por Europa en los últimos meses. Su cadáver fue hallado en la habitación de hotel que ocupaba junto con su hermano, Edgar Winter, también conocido músico de blues. Familiares y miembros de su banda despidieron a «uno de los mejores guitarristas del mundo», según indicaron en un breve comunicado. «Johnny no estaba bien de salud y se sentía muy frágil y débil», escribió Jenda Darringer en Facebook.

Originario de Texas, nacido en la localidad de Beaumont en 1944, su padre le regaló su primera guitarra con once años, con la que reproducía el blues primigenio que oía por la radio. El genial guitarrista albino inició con 17 años su camino hacia la leyenda, cuando BB King le dejó tocar a su lado en un garito de Beaumont, cediéndole su apreciada guitarra Lucille. Escaló peldaños definitivos finales de los años 60, cuando en el Olimpo de las seis cuerdas no dejaban de ingresar míticos guitarristas de la talla de Jimi Hendrix, Eric Clapton o Alvin Lee.

Pronto se reconoció a Winter como uno de los verdaderamente grandes de la guitarra, un virtuoso capaz de complementar sus portentosos y fieros riffs con su ronca y característica voz. Siempre a caballo entre el blues rock y la música sureña norteamericana, se confirmó como uno de los más respetados cantantes y guitarristas en el planeta del rock, en especial por sus potentes directos.

La fama de Winter se hizo global en 1968, tras actuar como telonero de Mike Bloomfield y captar la atención de Clive Davis, ejecutivo de Columbia Records que le fichó con un adelanto de 600.000 dólares. La revista Rolling Stone lo consagró ese mismo año declarándole el músico más intenso del momento junto a Janis Joplin. En 1969 fue la estrella más rutilante del festival de Newport, donde actuó con BB King, para repetir éxito en la memorable cita de Woodstock. Los años 70 y 80 del siglo pasado fueron los de mayor popularidad para Winter, que batallando con su adicción a la heroína produjo discos para otros de sus ídolos, Muddy Waters o John Lee Hooker, lo que apuntaló la reputación del legendario «bluesman». Publicó una veintena de discos, fue nominado a los premios Grammy en siete ocasiones y Rolling Stone le incluyó en su selección de mejores guitarrista de todos los tiempos.

Activo hasta el final, su presencia en España era habitual cada temporada.En mayo pasado actuó en Bilbao, Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca

Debilitado, extremadamente delgado y ciego de un ojo, viajaba siempre acompañado de un médico, pero no suspendió sus giras pesar de los graves problemas de salud. Tenía previsto publicar un nuevo álbum en septiembre titulado Step Back con Eric Clapton y Ben Harper como invitados. «Pienso mucho en mi legado. Esperemos que al final digan que fui un buen músico de blues. Eso es todo lo que quiero» dijo a The New York Times a principios de este año

Entre sus temas más conocidas Still Alive and Well, potente blues rock grabado después de su salida del infierno de la heroína en el que se sumió en los 70. Gran versionador de éxitos ajenos, son memorables sus revisiones de Highway 61 revisited de Bob Dylan, Johnny B. Good de Chuck Berry, Great balls of fire de Jerry Lee Lewis o Jumpin Jack Flash de los Rolling Stones.