«Lino Novás no es escritor cubano, es gallego, mil por ciento gallego»

Héctor J. Porto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Unas jornadas reivindican hoy en Santiago al autor de la novela «El negrero»

19 jun 2014 . Actualizado a las 13:56 h.

Himilce Novas cumple 70 años. Precisamente hoy, día en que interviene a través de la pantalla del Skype en las jornadas organizadas en Santiago por el Consello da Cultura Galega (CCG) en homenaje a su padre, el escritor de As Grañas do Sor Lino Novás Calvo (Mañón, 1903-Nueva York, 1983). Y lo hace satisfecha, orgullosa, porque ha cumplido un sueño: devolver a su padre a Galicia. Hace unas semanas entregó al CCG el legado literario de Lino Novás, narrador, renovador del cuento en Hispanoamérica, periodista, corresponsal en la Guerra Civil y traductor al español, entre otros muchos títulos, de El viejo y el mar (Hemingway) y de Santuario (primer Faulkner vertido a la lengua de Cervantes).

-Sus papeles ya están en Galicia.

-Él vivió y trabajó en Cuba, que le dio mucho, pero es gallego. Por eso quise entregar todas estas sus cosas a Galicia. La Universidad Internacional de Miami, que tiene a todos los cubanos aquí, me pidió su obra, pero les dije que no. Yo quería retornarlo a Galicia. Él debió haber vuelto; si no lo hizo fue simplemente por un accidente histórico, la emigración, la pobreza...

-Se habla de él como cubano.

-Sí. Y es una risa porque no es escritor cubano. Es gallego, mil por ciento gallego. Todo lo procesaba así, como gallego. Eso que siempre dicen en Cuba, el relajo, relájate, él no podía concebirlo, no sabía lo que era. Cuando escuchaba esas canciones tropicales, ¿por qué me dijiste??, él replicaba ??uuuhhh??, divertido, como ahuyentando a un animal molesto.

-Cuba sí está en su obra.

-Es un pionero en literatura. Cómo él hizo la corriente de la conciencia... Esa manera es suya. Él no tenía ninguna influencia indígena o africana, pero le encantaba eso, como algo que quieres estudiar. No era algo que hiciera suyo, que le viniera de dentro. Está en la temática, no en la manera de ver. Tengo que cocinar plátanos, dame plátanos. Estos días, aquí en Seattle, tuvimos una exposición de Miró fantástica, con un material documental muy interesante... Y lo ves tan tan español, ¿cómo pueden decir que es francés?

-Pero su padre se formó en Cuba.

-Tuvo miles de trabajos, camarero, en una fábrica de sombreros, boxeador, recadero, tenedor de libros, pero siempre buscando su literatura. Tenía una devoción, un sentido de misión, de propósito, con la literatura. Esa era su verdadera identidad. Y ya la traía de Galicia. Siempre lo había pensado, quería ser escritor, desde pequeño. Estando en As Grañas do Sor, viendo el agua, cómo la gente trabajaba el campo..., se dijo: ??Yo no puedo esto, yo soy escritor, soy poeta??. Lo supo ya siendo un niño... Uno siempre sabe eso. Traía ese genio dentro.

-¿Ya escribía siendo un niño?

-Sí. Siempre. Escribía, componía sus cosas. Las tenía ya en su memoria, en su cabeza. Como traes la música en la cabeza. Y él trabajaba todo el tiempo, nunca tuvo una vacación. Jamás. Nunca se fue al mar, a sentir, o a una piscina a nadar. Ni él ni mi madre se fueron de vacaciones. Nunca.

-Llegó a Cuba muy joven.

-A los 16 años, aunque él decía que había llegado más temprano. Era mentira, trataba de aplatanarse, asimilarse, porque había mucho prejuicio contra los gallegos, que después de todo forjaron esa isla. Sin los gallegos no hubiera habido la maravilla que un día fue Cuba. Pero persistía el prejuicio porque eran muy diligentes, trabajadores, y eso no gustaba, no iba a la idea esa del criollo: ?Oye, no te agites?; el gallego no podía esperar: ?Vamos a hacer esto?. Los gallegos accedían enseguida a la clase media. Les tenían envidia. Mi padre tenía acento gallego, y trataba de disimularlo, quería pertenecer a algo, que lo sintieran como cubano. No ser siempre el emigrante, entre dos aguas. Lo que él quería más en su vida eran raíces; es lo que queremos los que no tenemos.

-Estando en Madrid como corresponsal de periódicos cubanos, en los años 30, ¿volvió a Mañón?

-Sí. Hay una anécdota muy cómica de su madre. Cuando él regresó a Galicia a verla, tras tanto tiempo, era ya escritor. María Calvo, mi abuela, le preguntó: ?Bueno, hijo, ¿y qué es lo que haces??. Mi padre le contestó: ?Yo soy escritor, madre?. Y la abuela le dijo: ?Ya yo sabía que tú te ibas a buscar algo donde no tuvieras que trabajar?. Claro, no estaba cultivando, pescando, trabajando con las manos, doblando la espalda...

HIMILCE NOVAS ESCRITORA CUBANO-ESTADOUNIDENSE QUE ACABA DE ENTREGAR AL CONSELLO DA CULTURA GALEGA EL LEGADO LITERARIO DE SU PADRE, el gRan cuentista de Mañón