Hugh Jackman: «Me visten, me dan de comer, me cuidan hasta volverme inútil»

MARÍA ESTÉVEZ

CULTURA

El actor habla sobre la última entrega de «X-Men» y sobre un futuro que quiere dedicar a estar con su familia

06 jun 2014 . Actualizado a las 15:52 h.

Sus carcajadas y su cercanía hacen de Hugh Jackman una estrella poco convencional. Las constantes bromas, la confianza que desprende en si mismo, sus exquisitas maneras y el muro en que ha convertido su cuerpo desde que ha decidido volver a dar vida a Lobezno demuestran que Jackman pertenece al grupo de los elegidos, un manojo de estrellas de Hollywood que hubieran podido serlo en cualquier época de la historia del cine. Con X-Men: Días del futuro pasado el actor vuelve a la franquicia que le lanzó a lo más alto del éxito.

-Regresa a trabajar con Bryan Singer, el director con quien debutó en «X-Men».

-Sí, el círculo se cierra con este filme. El pasado y el futuro en el mismo lugar con el director original.

-Acaba de superar un cáncer, ¿se puede convertir la interpretación en terapia?

-Sí, aunque es necesario actuar para tener esa experiencia, pero la puedes adquirir viendo a los demás. A veces vemos una película que nos transforma. No dejes de decir que todo el mundo utilice crema protectora para el sol porque es muy dañino para la piel. Yo no me cuidé lo suficiente.

-¿Piensa en el futuro?

-Sí, pero yo no soy muy bueno organizando cajas de primeros auxilios. Me da vergüenza decirlo, como actor me han mimado tanto que no sé hacer nada. Me visten, me llevan en avión, me dan de comer, me cuidan hasta volverme inútil. Lo único que puedo hacer a la hora de prepararme para lo peor es rezar.

-Ha ganado un Tony por su trabajo en Broadway, un Emmy por su interpretación en la televisión. ¿Le interesa un Oscar?

-Ya tengo un Óscar, mi hijo de trece años. Mi filosofía en la vida es no esperar nada y todo será ganancia. Los premios son un honor increíble, pero algo en lo que no pienso.

-Usted ha tenido mucho éxito, es el momento de oro de su carrera. Sus proyectos se le acumulan. Como padre, ¿piensa en descansar y dedicar tiempo a su familia?

-Acabo de terminar X-Men y son cuatro películas sin descansar, me toca dedicarme a mi mujer y a mis hijos. Me voy a tomar unos meses de descanso. Llevo veinte años trabajando y ahora es cuando siento que mis oportunidades surgen, aunque mi familia me ha pedido que pise el freno.

-¿Qué piensa hacer en ese tiempo de descanso?

-Un montón de proyectos del colegio, almuerzos, ir y llevar niños, listas, deberes, lectura infantil, una vida mundana. Cocinar, jugar al Monopoly y jugar al fútbol

-¿Ha dejado de ir al gimnasio?

­-Voy, porque me gusta, tres días a la semana. A veces me ofrecen un entrenador personal, pero les digo que no quiero porque lo último que deseo es que alguien me exija el máximo. Me encanta pretender que estoy entrenándome duro cuando sé que no. Es el mayor lujo de todos, no tener a alguien diciéndote «vamos, vamos» [se ríe].

-¿Qué proyectos tiene?

-Ahora mismo voy a darle un masaje a mi mujer, es lo que voy a hacer esta tarde. No tengo nada planeado. Tal vez Houdini en Broadway.

-¿Es importante mantener un equilibrio entre su trabajo y su vida familiar?

-No soy el mejor para hablar de equilibrio porque he estado trabajando muchísimo, pero una de las mejores cosas en mi vida es mi relación con mi mujer. Ella es quien me dice «oye, ya es demasiado». Y tiene razón. Yo disfruto tanto con mi trabajo que no me doy cuenta.

-Usted es famoso por su humildad, es de los pocos actores que siempre se muestra feliz y contento.

-[se ríe] Soy un tipo feliz. Mi carrera como actor surgió relativamente tarde en mi vida. Ya había cumplido los treinta y aprecio lo que tengo porque sé lo difícil que es mantenerse a este nivel. Todo puede difuminarse y desaparecer. Trato de sacar el mejor partido a lo que tengo disfrutando al máximo. Hay momentos en los que estoy frustrado, porque mi trabajo es público, pero yo soy el ejemplo de mi hijo y soy muy cuidadoso. Por ejemplo, mi hijo el otro día estaba muy enfadado con los paparazzi, quería convertirlos en comida para los pájaros y yo trataba de explicarle que no puede hacer eso, pero que entendía su enfado.

-¿Apoya a las actrices Halle Berry y Jennifer Gardner, que sacaron una ley para que los niños no sean fotografiados?

-Me encantaría que fuera como en Europa. Creo que solo América y Australia permiten esas fotos. Ellos deberían estar protegidos. No entiendo por qué la privacidad de los niños no es un derecho. Por supuesto gente como yo, que ha tomado la decisión de ser actor tiene que vivir con ello. Mi hijo y mi hija no han tomado esa decisión.

-Hace tiempo ha abierto una empresa de café procedente del comercio justo, ¿todavía hace el mejor café de Nueva York o, al menos, el más solidario?

-Creo que sí. Pero tú eres europea, los estándares son muy altos, cuando estés en Nueva York ven a probar un ?flat white?, que es la versión australiana de un café con leche.