Una artista desata la polémica al recrear con su cuerpo «El origen del mundo» de Courbet

La Voz LA VOZ / EFE

CULTURA

El Museo de Orsay guarda silencio sobre la intervención sin autorización de la joven luxemburguesa

05 jun 2014 . Actualizado a las 18:56 h.

El origen del mundo, de Gustave Courbet, es una de las obras más controvertidas de la Historia del Arte. En él se reproduce un sexo femenino en primer plano. Por si esta exposición tan descomunal del cuerpo de una mujer, colgado en las paredes del Museo de Orsay de París, no fuese suficiente por sí sola, el lienzo desató el año pasado un encendido debate alrededor de la figura que lo había inspirado, después de que Paris Match publicase una dudosa fotografía de su rostro. Un mes más tarde, la pinacoteca francesa calificó de «fantasiosa» esta hipótesis. Ahora, la pintura erótica vuelve al ojo del huracán de la mano de otra mujer, la artista Deborah de Robertis. El pasado jueves, la joven luxemburguesa se plantó bajo El origen del mundo para realizar una curiosa performance: recrear el cuadro con su propio cuerpo.

Sin autorización del Museo de Orsay, Deborah de Robertis, enfundada en un vestido de lentejuelas doradas, se sentó bajo la obra de Courbet y mostró su sexo al público mientras recitaba el siguiente poema: «Yo soy el origen, yo soy todas las mujeres. No me has visto, quiero que me reconozcas. Virgen como el agua creadora de esperma».


Como puede observarse en el vídeo, colgado por la artista en Internet, los trabajadores del centro se interpusieron entre ella y el público para obstaculizar la visión y, sin forzarla físicamente a interrumpir el espectáculo, procedieron a desalojar la sala. El Museo ha indicado que no va a pronunciarse sobre la instalación, que acaparó miradas sorprendidas, pero también aplausos entre quienes la semana pasada se cruzaron con ella.

«Mi obra -bautizada Espejo del origen- no refleja el sexo, sino el ojo del sexo, el agujero negro. Mantuve mi sexo abierto con las dos manos para revelarlo, para mostrar lo que no se ve en el cuadro original», apuntó la artista al diario Le Monde. No es la primera vez, según dice, que recrea ese cuadro en el museo parisino, donde hace un mes también desnudó parte de su cuerpo para que un fotógrafo que la acompañaba le hiciera una foto. «Actúo con mucha naturalidad, lo que hace que incluso cuando hay vigilantes a veces no digan nada. Lo ven como algo que no es chocante. Intento siempre transmitir algo muy puro», concluye la artista, que acompaña la grabación de su último espectáculo con la música del Ave María de Schubert de fondo.