Zvygasintev se suma a una gran jornada final con «Leviathan»

José Luis Losa CANNES / E. LA VOZ

CULTURA

Olivier Assayas destaca también en el último día de Cannes con «Sils Maria»

24 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La última y excelente jornada de esta 67.ª edición de Cannes, con la demoledora crítica a la corrupción en Rusia de Leviathan, de Andrei Zvygasintev, y la lúcida reflexión de Olivier Assayas sobre las estrellas de cine y la herida del tiempo sobre sus carreras en Sils Maria, abren mucho la pugna por la Palma de Oro y el resto del palmarés. Leviathan y Sils Maria vienen a sumarse a Winter Dream, de Nuri Bilge Ceylan; Dos días, una noche, de los Dardenne; Mommy, de Xavier Dolan; Turner, de Mike Leigh, y los inevitables Naomi Kawase y Godard, en la lista más evidente de premiables.

Juliette Binoche alcanza en Sils Maria un punto cumbre de madurez en su rol de actriz consagrada que ve amenazada su posición por el modelo de celebridad, emergente sobre escándalos e inconsistencia. Assayas brinda una mirada extremadamente sutil sobre la inesperada fascinación mutua, la atracción física notoria entre Binoche y el tipo de nueva diva adolescente y broncas, remedo de Lindsay Lohan o Paris Hilton, que encarna Chloe Grace Moretz. Y es lástima que el filme, tan intelectualizado, no desarrolle a fondo esa tan sugestiva química entre la diva y la celebrity.

Me apabulla la radicalidad de la denuncia de la corrupción política en la Rusia de Putin que exhibe la soberbia Leviathan. Zvygasintev mixtura aquí el drama pasional y el terrorismo de Estado ejercido sobre una familia por el jerarca de un remoto lugar en el mar de Barents, para sublimar un preciso y demoledor mecanismo donde la ausencia de asideros dentro de una Rusia mostrada como Estado fallido, el imperio de la violencia de Putin y su clan, abisman el futuro y ofrecen cine desgarrador, olvidada toda esperanza. El plus del foco puesto ahora sobre ese país y el coraje de filmar allí una obra de este calibre apocalíptico refuerzan las posibilidades de esta magna y durísima película.

A Cannes llegó Tarantino a para celebrar con su alegre muchachada el aniversario de la Palma de Oro de Pulp Fiction en un balneario de Antibes donde ya están Travolta y Uma Thurman, quienes, veinte años después, seguirán moviendo cintura y esternón.